Museo del Traje

Pertegaz en la memoria. El homenaje al diseñador en el Museo del Traje.

Excelentísimo Manuel Pertegaz, Don Manuel Pertegaz, el señor Pertegaz. Hay muchas maneras de referirse a uno de los mejores diseñadores de Alta costura en España pero todos los participantes en el homenaje que tuvo lugar en el Museo del Traje le llamaban simplemente Manolo.

Pedro Mansilla, coordinador del acto, reunió a una serie de personas allegadas al diseñador que estaban allí para recordar a una persona a la que apreciaban como profesional y aún más como amigo. Fue un acto muy emotivo en el que los asistentes pudimos conocer a través de recuerdos y vivencias la parte mas personal y desconocida de Manuel Pertegaz.

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En el homenaje estuvo presente una persona que Pedro Mansilla definió como “la mano derecha y la mano izquierda” de Pertegaz, Ángel Tribaldos, que demostró una discreción absoluta. La misma discreción de la que hacía gala Pertegaz, su jefe durante 40 años. Ángel prefirió dejar que el resto de participantes relataran historias del taller y anécdotas que él mismo vivió en primera persona y se limitó a recordar que Pertegaz “era un señor de la moda, pero sobre todo era un señor”

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Quien sí nos regaló alguna anécdota fue Dione Caus Pertegaz, una de las sobrinas del diseñador, que explicó lo unida que estaba a su tío y cómo este quería tener a toda su familia siempre cerca: tanto su única hermana como sus tres sobrinas Sionín, Elisa y Dione trabajaron con él muchos años. Y debía haber mucha faena en el taller porque estando su hermana Encarna embarazada de Dione, el momento del parto le sorprendió trabajando en los salones de la Avenida Diagonal y apenas le dio tiempo a subir al piso de arriba, donde vivía la familia, para traer al mundo a su hija.

Dione Pertegaz habló con cariño y admiración de su tío desde un punto de vista personal y profesional, aunque reconoció ante el publico el gran defecto del diseñador: la impuntualidad. Explicó que Pertegaz llegó tarde a más de un evento al que estaba invitado, haciendo acto de presencia junto a sus modelos vestidas con sus creaciones cuando todos los invitados ya se habían marchado. Dione lo contó divertida y sin darle mayor importancia, ya que aunque el diseñador llegara tarde” llenaba el espacio donde estaba a pesar de lo enjuto que era”

Una de esas modelos que en mas de una ocasión se quedó vestida de Pertegaz y sin evento es Nuria Valldaura, una de las maniquíes fijas de los talleres de Barcelona. Allí pasó jornadas de trabajo maratonianas dando vida y movimiento a las creaciones de este diseñador “pequeño en tamaño pero grande en calidad humana” y reivindicó la necesidad de un mayor conocimiento sobre la persona de Pertegaz. Resaltó el fuerte carácter que tenia, como buen aragonés, y la amabilidad y el respeto con el que trataba a todo el mundo. Contó emocionada la capacidad que el diseñador tenía para hacer que cada una de sus modelos se sintiera especial, de modo que en su taller no había un ambiente de competencia sino de armonía.Cada modelo sabía cuál era su papel dentro de la colección aunque lo que todas deseaban era desfilar con el vestido de novia, el broche de oro de las colecciones.

Nuria contó algunas anécdotas de la cabina de las modelos y nos hizo revivir por unos momentos el ambiente entre bambalinas de la alta costura, ese mundo que lamentablemente ya no existe y que nos deja entrever que era tan amable como sacrificado. Por mucha magia que queramos ponerle al mundo de la moda no deja de ser un oficio, con sus luces y sus sombras.

Resaltó en más de una ocasión que trabajar con Pertegaz era  lo máximo a lo que podía aspirar una maniquí. Según sus palabras era un honor y un continuo aprendizaje ya que pulía a las mujeres, tanto a sus clientas como a sus modelos. Pertegaz les enseñaba a eliminar todos aquello que sobresalía demasiado, a caminar y a moverse con gracia y elegancia: aprendían a ser cisnes.

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Pertegaz junto a la modelo Ana María a.1980

 “Las modelos entrábamos en el taller como patos y ocas y salíamos cisnes” Nuria Valldaura

Las modelos que trabajaban con Pertegaz eran las mas solicitadas junto a las de Balenciaga pero al diseñador no le gustaba que trabajaran en otros salones. Jose María Fillol, diseñador e impulsor del prêt-à -porter en España en los años 60, compartió con el público cómo tuvo la oportunidad de conocerle gracias a que una de esas modelos quiso desfilar para él.

Montse Bulnes, una de las musas de Pertegaz, encarnaba el ideal de belleza que había puesto de moda Audrey Hepburn (actriz a la que el mismo Pertegaz vistió en mas de una ocasión) y que Fillol buscaba para las modelos de su primer desfile de Moda del Sol en Barcelona. Aunque quería contar con Montse en el casting decidió no contratarla si no obtenía el permiso de Pertegaz, al que admiraba. El diseñador no solo dio su plácet sino que agradeció el detalle acudiendo al desfile, rompiendo su habitual costumbre de no acudir a actos sociales.

“La alta costura deberia convivir con el prêt-à-porter” Manuel Pertegaz

Otro profesional de la moda que expresó su admiración por las modelos de Pertegaz es el fotógrafo Antoni Bernard. Conoció al diseñador en los años 60 cuando le encargaron un reportaje fotográfico sobre él y a raíz de ese primer contacto surgió una relación de amistad, además de innumerables fotografías profesionales  y personales. Una de esas imágenes presidió el despacho de Pertegaz durante mucho tiempo, un detalle que Bernard agradeció ilusionado.

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Pertegaz en su despacho. Al fondo una fotografía realizada por Antoni Bernard en 1975.

Antoni Bernard realizó las fotografías del catálogo de la exposición de Pertegaz en el Museo Reina Sofía en 2004 y que estuvo comisariada por Elio Berhanyer. Además de fotografiar las piezas expuestas realizó una sesión de fotos en la que Laura Ponte, una de las musas del fotógrafo, daba vida a los vestidos de Pertegaz. Es inevitable sonreír escuchando a Bernard relatar lo mucho que disfrutaron ambos descubriendo la calidad de la confección y los trucos que utilizaba el diseñador para realzar la figura de sus clientas.

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1.Laura Ponte con un conjunto en crêpe collé negro, madroños y botones de azabache (a.1989)  2.Vestido en glacé negro y flores de organza. Pamela de rafia y tul (a.1992) 3.Vestido en crêpe de seda blanco bordado con turquesas y abalorios (a.1966) 4.Vestido en crêpe negro y botones de abalorios (a.1975)

En uno de sus últimos trabajos juntos, Pertegaz se negó a posar y Bernard se dio cuenta (no sin poca sorpresa) que desde aquella primera fotografía 40 años atrás “él había madurado y Pertegaz se había hecho un niño”. Lola Gavarrón, presente entre el público, también definió a Pertegaz como un niño, pero no por momentos como ese sino por la ilusión y la energía que ponía en todo lo que hacía.

Las negativas de Pertegaz eran míticas, casi siempre decía que no a priori pero en alguna ocasión se dejaba convencer, tal y como contó Jesús Mª Montes-Fernández. El periodista explicó con palabras de agradecimiento cómo en un momento profesional delicado y crucial para ambos ese «no» inicial se convirtió en un «sí» muy importante para su carrera. Tenía que conseguir unas declaraciones del diseñador acerca del vestido de novia de la Reina Letizia en un momento en el que el diseñador no daba entrevistas a nadie por la proximidad de la boda real y aunque en un primer momento Pertegaz no quería hablar para la cámara, finalmente accedió.

El vestido de novia de la Reina Leticia está expuesto en el Palacio Real de Aranjuez.

Jesús Mª Montes destacó la capacidad creativa y de trabajo de Pertegaz. Cada una de sus colecciones contaba con mas de 150 modelos (algunos de tres piezas) frente a los 70  que hoy en día presenta Chanel en su colección de Alta Costura, la más amplia de la semana de la moda parisina.

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Entre los talleres de Madrid y Barcelona Pertegaz llegó a tener a más de 700 personas a su cargo.

Sorprende que con semejante volumen de trabajo Pertegaz no tuviera ayudantes y que «sólo» contara con su jefa de taller, sus costureras y bordadoras para sacar adelante las colecciones. Nuria Valldaura afirmó que “fue maestro de maestro para quien quisiera aprender” pero lo cierto es que nadie aprendió de primera mano todo el conocimiento y savoire- faire que atesoraba ya que siempre dijo que “no tenia tiempo de enseñar a la gente”.

Algo de lo que se lamenta Enrique Loewe, Presidente de la Fundación Loewe de la que Pertegaz fue patrono, porque vivimos en «un mundo falto de belleza, del buen gusto y proporciones en la vida cotidiana de la que Pertegaz fue un maestro” y se echa de menos una figura así.

Fotografía de Antoni Bernard realizada con motivo de la presentación del documental «El hombre que vistió a los cisnes».

“Cuando uno está cerca de un genio se siente una cosa excepcional, se siente como un frío, como un vacío, algo especial y Pertegaz me transmitía esa sensación” Enrique Loewe

Pertegaz fue un maestro no sólo como couturier sino también como empresario. La única biógrafa hasta el momento del diseñador, la periodista Isabel de Vilallonga, participó en la mesa redonda y aprovechó la ocasión para animar a que alguien se decida a escribir una biografía más amplia y completa sobre el diseñador. Una biografía que en parte sería una aproximación a la historia del país: un retrato de la Barcelona de la posguerra, de la burguesía catalana y la alta sociedad madrileña a través de las clientas de Pertegaz.

Muchas de esas mujeres, entre ellas Dione de Pertegaz, han donado sus vestidos al Museo del Traje de Madrid. Concha Herranz, conservadora del museo, destacó la importancia de las donaciones para acrecentar los fondos de la colección y agradeció este gesto de generosidad ya que «desprenderse de un Pertegaz es motivo de emoción para sus clientas, que guardan sus trajes como tesoros»

Vestidos de Pertegaz. Colección del Museo del Traje de Madrid.

Gracias a esas donaciones el público puede disfrutar de las creaciones de Manuel Pertegaz, un diseñador que ha sido uno de los grandes de la Ata Costura con mayúsculas y al que después de este homenaje conocemos un poco mejor.

Pedro Mansilla recordó algunas anécdotas vividas junto al diseñador y aunque mantuvo la voz firme en todo momento (a diferencia de otros participantes que interrumpieron su discurso por la emoción) transmitió con sus palabras el afecto y admiración que siente por Manuel Pertegaz y quiso despedir el acto recordando esta fotografía del diseñador:

«Está tan lleno de energía,de fuerza y travesura. Es tan manolo…»

Manuel Pertegaz en un retrato realizado por Robert Royal a.1972