La Alta Costura francesa de los años 50 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao

Cuando leemos en la misma frase las expresiones «Alta Costura» y «años 50» nos viene a la mente la imagen de un mundo de elegancia y sofisticación que, desgraciadamente, hace tiempo que dejó de existir. Nunca podremos respirar el ambiente de los salones de Pierre Balmain o Jacques Fath, pero si nos acercamos al Museo de Bellas Artes de Bilbao podremos revivir el esplendor de la edad de oro de la Alta Costura gracias a la exposición “Los años 50. La moda en Francia 1947-57”.

El Museo Galliera de París acogió en 2014 esta muestra comisariada por Olivier Saillard y en esta ocasión, la encargada de adaptar la muestra a las características del Museo de Bellas Artes de Bilbao ha sido la experta en Historia del Traje Miren Arzalluz. La cronología de la exposición está marcada por la presentación de la colección “Corolle” de Dior en 1947 y el fallecimiento del diseñador diez años después, un triste acontecimiento que marcó de manera simbólica el final del esplendor de la costura. Tras la inesperada muerte de Dior, que fue sucedido por su discípulo Yves Saint Laurent, el mundo de la moda vivió un momento de incertidumbre al que había que añadir las circunstancias sociales y económicas que dieron vía libre al prêt-à-porter.

Izquierda: Vestido «Chérie» presentado por Dior en 1947. Derecha: Yves Saint Laurent tras el funeral de Dior. Fotografía de Loomis Dean, a.1957

Con esta muestra, el Museo de Bellas Artes parece haberse convertido en el guardarropa de una clienta de las mejores casas de alta costura de los años 50. Un guardarropa perfectamente estructurado según los usos en el vestir de la época, que seguían un estricto protocolo, y engalanado con la magnífica colección que se puede ver de manera permanente en museo. Como destaca la comisaria adjunta de la exposición, “los diseñadores franceses presentes en la muestra no se inspiraron directamente en las obras de la colección del Museo de Bilbao pero las correspondencias entre ambas disciplinas afloran de manera natural y ensalzan las obras”.

Retrato de Juana de Austria (a.1557) de Antonio Sánchez Coello. A la derecha, vestidos de Dior y Balmain de cierto aire historicista realizados en terciopelo de seda bordado.

El pasado mes de marzo el departamento de comunicación del museo organizó una visita guiada en la que varios bloggers contamos con las explicaciones de Miren Arzalluz, que aprovechó la ocasión para recordar la importancia de utilizar con propiedad el término “Alta Costura”. Esta expresión suele emplearse de manera errónea para referirse a la costura a medida, pero sólo se puede otorgar el título de Alta Costura a aquellas firmas que cumplan loss requisitos de la Cámara de la Alta Costura de París.

La comisaria Miren Arzalluz junto al traje Bar presentado por Dior en 1947.

La comisaria Miren Arzalluz junto al traje «Bar» presentado por Dior en 1947.

La exposición sólo podía comenzar de una manera: con el icónico traje Bar presentado en 1947. Con el New Look, Christian Dior dejaba atrás la austeridad impuesta por la Segunda Guerra Mundial (de la que algunos países aún no se habían recuperado del todo) y marcó el comienzo de la edad de oro de la alta costura.

Con esta silueta, el diseñador liberó a la mujer de las restricciones económicas que condicionaron su  guardarropa, pero para ello retomo postulados de la indumentaria del siglo XIX: cintura de avispa y volumen en la falda gracias metros y metros de tela.

Para Dior, el perfecto ejemplo de la silueta “New look” era su vestido «Chérie«, pero en nuestra retina está grabado este conjunto de chaqueta con hombros redondeados, faldones con volumen a la altura de las caderas gracias al relleno y una amplia falda plisada.Ilustración de Christian Bérard, a.1947

Las siguientes salas están dedicadas al vestuario de día y en la primera de ellas se aprecia muy bien la diferencia entre el estilo de Dior y el de Balenciaga, el gran maestro de la Alta costura que nunca cedió ante la presión del prêt-à-porter. El  aire sofisticado y el juego de volúmenes de los trajes de Dior contrasta con la sobriedad y ausencia de artificios del maestro de Guetaria, aunque ambos buscan el mismo resultado: la elegancia.

Traje de Balenciaga y traje «Bernique» de Dior (1951)

En esta sala, junto a un magnifico retablo realizado por Pere Nicolau a finales del s.XIV, destaca un traje de tarde creado por Jacques Fath en 1948. Se trata de un vestido de lana que imita un conjunto de dos piezas y que sigue la linea del New Look de Dior.

Vestido «San Salvador» diseñador por Madame Carven en 1951. La diseñadora se caracterizó por hacer una moda fresca y joven. En 1950 se asoció con otros modistas para experimentar con pequeñas colecciones de prêt-à-porter con el objetivo de aumentar las ventas, pero fue un fracaso.

Las líneas de moda joven, con tejidos más ligeros de estampados alegres perfectos para ir a la playa o al campo, son el origen del prêt-à-porter que se impondría en los 60. Llama la atención la originalidad de algunos conjuntos, formados por bañadores con falda o pantalón, que aportan un aire de frescura y modernidad.

Vestido «Hermeselle» de Hermés (a.1952) y conjunto «Embarcadero» en tonos marrones de Jacques Heim. A la derecha, conjunto de flores en tonos vivos formado por un bañador y una falda diseñado por Suzanne Lajoix en 1947.

En esta sala, Miren Arzalluz aprovechó para resaltar en la importancia del archivo fotográfico a la hora de abordar el montaje de una exposición de indumentaria. Las fotografías de la época (si las hay) son fundamentales para interpretar los vestidos tal y como fueron concebidos por el diseñador y condicionan la manera de exponerlo.

honey-kennedy-gordon-parks-hermes-1952-09-750x737 life magazine

En el caso del vestido “Hermeselle” de Hermés, se buscó un maniquí de tamaño reducido para que el vestido quedara ablusado. Al comprobar en las imágenes que se conservan en el archivo de la revista Life que la prenda se ajustaba al cuerpo fue necesario utilizar un busto de mayo tamaño.

A lo largo de los años 50 se pusieron de moda diferentes siluetas, en su mayoría marcadas por el contraste de volúmenes. Mientras Balenciaga prefería introducir los cambios de manera gradual en sus sucesivas colecciones, Christian Dior  presentaba en cada desfile una línea distinta. Esto obligaba a utilizar prendas íntimas que modificaran el cuerpo de la mujer cuerpo según la tendencia de la temporada.

linea dior 4

Siluetas propuestas por Christian Dior en cada una de sus colecciones.

Corpiños, fajas, sujetadores, combinaciones, medias de fantasía… La lencería alcanzó tal sofisticación que (casi) podía llevarse sin ninguna otra prenda encima. Hay quien dice que los vestidos de diseñadores como Balenciaga o Pertegaz alcanzaban tal perfección técnica que podían llevarse incluso del revés. Esto podía aplicarse a la lencería de la época, ya que alcanzo tal importancia que (casi) podía prescindirse del vestido. Anécdotas a parte, la perfección y el cuidado en la confección de la lencería influyo en la moda de la época y se realizaron prendas de corte lencero, en raso y encaje.

Los vestidos de estilo lencero y conjuntos de ropa íntima están rodeados de desnudos femeninos, como el del «Rapto de Europa» pintado por Martin de Vos en 1590 (al fondo).

Mientras que el vestuario de día buscaba la funcionalidad sin dejar de lado la sofisticación, los diseñadores daban rienda suelta a su imaginación para elaborar trajes de noche espectaculares. Incluso Chanel y Balenciaga, fieles a la sencillez  y discreción de sus creaciones de día, cedían algo de terreno a la fantasía en sus vestidos de noche.

Vestido de noche realizado en piqué blanco, a.1949. Este tejido parece más adecuado para moda de día pero gracias a la audacia de Jacques Fath como diseñador funciona perfectamente en este vestido de fiesta.

Los modelos de noche destacan por la riqueza de los tejidos con los que están confeccionados y la importancia de  los volúmenes. Unos vestidos que las santas de Zurbarán  parecen mirar con deseo desde las paredes del museo y que están en sintonía con los atavíos que el pintor extremeño diseñó para ellas. No en vano, muchos de estos vestidos muestran influencias de la indumentaria de los retratos del s.XVII y x.XVIII y precisamente por ello, las piezas del Museo Galliera conviven sin problemas con la colección de arte antiguo del museo bilbaíno.

La Santa Isabel de Turingia pintada por Zurbarán hacia 1635-40 observa los vestidos de noche diseñador por Schiaparelli, Jean Dessès o Renée Marchal.

De las paredes del Museo de Bellas Artes cuelgan obras que tienen nombre propio, pero no son las únicas. Los diseñadores ponían nombre a cada uno de sus modelos en un ejercicio de lo que Chanel llamaba con desprecio poesía costurera y que ella evitó numerando sus creaciones. Después de años en el exilio, la mujer que había revolucionado la moda femenina en los años 30 abría de nuevo su casa de costura en 1954. El mismo año en que Schiaparelli, la otra gran protagonista de la alta costura de entreguerras y su rival directa, cerraba su taller.

Vestido «Antonia» de Pierre Balmain (1954) y traje de chaqueta «Esperanto» de Carven (1951)

 Dior aseguraba que dándole un nombre evocador a un vestido no sólo embellecía a una clienta sino que la hacía más feliz. No todos los diseñadores estaban de acuerdo con esta «poesía costurera», pero es una buena muestra de cómo Dior  dominaba a la perfección el arte de la publicidad.

Chanel consideraba que eran las mujeres quienes debían diseñar y marcar las directrices de la moda femenina,  pero paradójicamente eran una minoría en la Alta Costura. Con su vuelta podía mitigar esa desigualdad e imponer su “Chanel look” frente a la opulencia de la moda de la época, pero con el prêt-à-porter pisándole los talones poco podía hacer para evitar la desaparición del oficio de la Alta Costura tal y como ella lo había conocido.

Las casas de costura intentaron adaptarse de alguna manera a los nuevos tiempos, pero el mundo que había visto nacer estos talleres artesanos estaba dejando de existir y muchas de las casa de moda presentes en la exposición desaparecieron antes de 1960. Chanel confiaba en la convivencia de la confección con la costura, como se desprende de sus palabras: “La confección esta inundando el mundo. Pero mezclar la cantidad con la calidad es una autentica equivocación. Francia será la última vencida. París nunca lo será”. No andaba muy desencaminada…

La exposición «Los años 50. La moda en Francia 1947-1957» podrá visitarse hasta el 31 de Agosto. Para más info:

https://www.museobilbao.com/exposiciones/los-anos-50-la-moda-en-francia-1947-1957-231

Concierto en homenaje a Manuel de Falla en el Hotel Ritz.

El pasado 15 de abril el Hotel Ritz de Madrid ofreció un concierto en homenaje a Manuel de Falla coincidiendo con la fecha en la que el compositor estrenó en 1915 su obra El amor brujo.

Los asistentes disfrutamos de una velada musical en el Salón Real del Hotel Ritz de la mano de la mezzosoprano Anna Tonna y el pianista Jorge Robaina, que nos emocionaron con el mismo programa que Manuel de Falla interpretó durante el concierto inaugural de la Sociedad Nacional de Música, celebrado hace un siglo en la misma sala.

concierto de falla twitter

Jorge Robaina durante el concierto celebrado en el Hotel Ritz. Fotografía: Twitter. 

Aquella noche de febrero de 1915 sonaron las Siete canciones populares que Manuel de Falla escribió en París, y además se estrenó la Oración de las madres que tienen a sus hijos en brazos, una pieza conmovedora. La letra de esta canción refleja el dolor de las madres que ven como sus hijos van a la guerra y esta relacionada con la I Guerra Mundial, el motivo que obligó al compositor a regresar a España y dejar la ciudad de París, donde se había instalado en 1907.

falla concierto nacional musica 2 2

Letra de la «Oración de las madres que tienen a sus hijos en brazos» extraída del programa del concierto de la Sociedad Nacional de Música celebrado en el Hotel Ritz el 8 de Febrero de 1915.

falla 1915

Manuel de Falla en 1915. Imagen: www.manueldefalla.com

Una vez de vuelta en España, Manuel de Falla vivió un año clave en su carrera y en su vida, ya que en 1915 recibió un homenaje en el Ateneo de Madrid y estrenó en el Teatro Lara la que se considera su gran obra, El amor brujo. En el concierto ofrecido por el Hotel Ritz no faltó una selección de piezas de esta composición, cuya versión para concierto se estrenó en el mismo lugar en 1916, y se completó el programa con la Suite Bergamasque de Claude Debussy, amigo de Manuel de Falla. El famoso compositor francés manifestó en sus obras una fascinación por España, especialmente por Granada, en la que la relación de amistad con el compositor gaditano tuvo mucho que ver. Debussy nunca estuvo en España, pero la relación con los compositores españoles afincados en Paris, como Falla o Albéniz, y las fotografías y obras literarias ambientadas en la Alhambra le bastaron para inspirarse en el aspecto más romántico de nuestra cultura.

miguel salvador turina falla isabe vela homenaje 1915

Miguel Salvador, Joaquín Turina, Manuel de Falla y Luisa Vela tras el homenaje a Falla y Turina celebrado en el Ateneo de Madrid el 15 de enero de 1915. Imagen: www.manueldefalla.com

debussy

Claude Debussy. Imagen: www.manueldefalla.com

Tras el concierto, el restaurante del Hotel Ritz ofreció un menú de inspiración gaditana en homenaje a la ciudad natal de Manuel de Falla, elaborado por el chef Jorge González. Una experiencia gastronómica que sin duda habría sido del gusto del compositor, ya que al parecer tenía gran interés por el noble arte de los fogones. Al finalizar el concierto, la sobrina nieta del compositor comentó en una conversación con el periodista Andrés Galisteo, autor del blog Cheap & Chic Madrid, que en el archivo Manuel de Falla se conservan los menús de algunos restaurantes que guardó el compositor. Además, no hay que pasar por alto que el restaurante del Hotel Ritz está ubicado en el Salón Goya, un artista muy apreciado por Manuel de Falla. El compositor compartía su admiración por Goya con dos personajes fundamentales en su carrera y en la cultura en la España de las primeras décadas del sXX : Sergei Diaghilev e Ignacio Zuloaga.

postal de falla a diaghilev enviada el 21 octubre 1921

Postal enviada por Manuel de Falla a Diaghilev en octubre de 1918 que reproduce la obra de Goya «El Pelele» y en la que escribe una melodía de «El Sombrero de Tres Picos». Imagen: www.manueldefalla.com

Serghei Diaghilev se estableció en España con su compañía de los Ballets Russes durante la I Guerra Mundial y tuvo ocasión de visitar varias veces el Museo del Prado, donde quedó maravillado por la obra de Goya y Velázquez. El empresario ruso y Manuel de Falla se conocieron en Madrid en 1916 y, además de viajar por diferentes ciudades españolas, trabajaron juntos en la obra El Sombrero de Tres Picos. Este espectáculo, de marcado aire goyesco, se estrenó en Londres en 1919 con música de Manuel de Falla y vestuario de Picasso.

le tricorne picador museo picasso 1920  paul rosenberg le tricorne picasso sevillana museo picasso 1920 paul rosenberg

Vestuario creado por Picasso para «El Sombrero de Tres Picos». Imágenes: Museo Picasso de París.

ballets russes alhambra 1918 joaquin turina

La compañía de los Ballets Russes en el Patio de los Leones de la Alhambra en 1918. Fotografía atribuida a Joaquín Turina. Imagen: www.manueldefalla.com

Manuel de Falla con Léonide Massine en el Patio de los Leones de la Alhambra de Granada. Junio de 1916. Primer documento gráfico de la presencia de Falla en Granada

Manuel de Falla con Léonide Massine, coreógrafo de los Ballets Russes, en el Patio de los Leones de la Alhambra de Granada (a.1916). Imagen: www.manueldefalla.com

En el caso de Ignacio Zuloaga, su admiración por Goya le llevó a reivindicar activamente su memoria y a impulsar diferentes homenajes en Burdeos y Fuendetodos, localidad natal del pintor aragonés, que contaron con la presencia de Manuel de Falla. El pintor vasco y el compositor se conocieron en París en 1913, el mismo año que Falla estrenó la que consideraba su primera composición, La Vida Breve, cuyos decorados fueron realizados por Zuloaga. Además de la relación profesional, mantuvieron una estrecha amistad que continuó cuando Falla regresó a España. Zuloaga era un habitual de las tertulias que Manuel de Falla organizaba en su casa de Granada, ciudad en la que residió durante 10 años antes de partir hacia Argentina en 1939, donde murió siete años después.

retrato de falla zuloaga 1925

Retrato de Manuel de Falla realizado por Ignacio Zuloaga en 1925.

El concierto ofrecido por el Hotel Ritz fue una velada emotiva por rendir justo homenaje a una figura fundamental de la música española y una ocasión para recordar la historia del propio hotel, muy ligada a la sociedad y la cultura madrileñas.

Santiago Giralda en ARCO 2015

Hace unas semanas se celebró en Madrid la feria de arte contemporáneo ARCO, en la que participaron 218 galerías nacionales e internacionales. Las dimensiones de la feria y la cantidad de obras que se exponen cada año hacen que sea imprescindible acudir a esta cita con el arte contemporáneo con ganas de descubrir nuevas obras y artistas, pero teniendo una idea previa de lo que uno no quiere perderse. En esta edición mi elección estaba clara y nada más llegar a IFEMA busqué la galería Moisés Pérez de Albéniz para ver las obras de Santiago Giralda. Había visto algunos de sus últimos cuadros, aun sin nombre y sin terminar, en el taller que el artista tiene en la Nave Oporto de Carabanchel y tenía muchas ganas de saber cuál era el resultado final.

Vista de la obra «Prometheus» en el stand de la galería Moisés Pérez de Albéniz en ARCO

Los lienzos que Santiago Giralda (Madrid, 1980) ha presentado en esta edición de ARCO pertenecen a su serie Rendering Landscapes II  y suponen una ruptura total dentro de la etapa paisajista que inició tras abandonar la representación de interiores. Sus paisajes anteriores eran muy ilustrativos, pero la técnica que emplea ahora es diferente y más impactante visualmente por su  pincelada rota, los colores oscuros y las texturas que buscan la tridimensionalidad de la superficie pictórica. La intención del artista es jugar con la distancia y la percepción del espectador: de cerca sólo apreciamos el caos, pero al alejarnos el paisaje emerge perfectamente definido ante nosotros. Estas obras representan muy bien las preocupaciones plásticas de Giralda y dejan entrever aspectos de su momento vital. Y es que como el propio artista reconoce, “cuando pintas transmites más de lo que pretendes”.

n1_flume+detalle

«Flume», Óleo sobre lienzo (a.2015) Fotografía: santiagogiralda.com

m9_2_FLUME+

«Flume» (a.2015) Fotografía: santiagogiralda.com

Hace unas semanas estuve con Santiago Giralda en su estudio de Nave Oporto, un espacio de coworking de artistas en el que trabaja junto a Miki Leal, Belén Rodríguez, Manuel Saro, Miguel Ángel Tornero, F.O.D e Inma Álvarez Laviada. Antes era un taller de vestuario escénico y, de alguna manera, la indumentaria está aun muy presente.

collage moda

Panel de inspiración de la artista Belén Rodríguez                                           Fotografía: Alberto de las Vecillas

Fotografía: Ximena Garrigues y Sergio Moya. Revista Smoda

Los artistas de Nave Oporto. Fotografía: Ximena Garrigues y Sergio Moya. Revista Smoda

Al entrar en el taller de Giralda, exploré con ojos curiosos cada rincón y me llamó especialmente  la atención el  uniforme de trabajo del artista: un mono y unas zapatillas customizadas con goterones de pintura. No pude evitar imaginar el modo en que, tras una intensa jornada de trabajo, el artista había dejado caer esas prendas, con una mezcla de furor creativo y cansancio. Y es que las obras de Santiago Giralda exigen sesiones de brocha y pincel tan enérgicas como concienzudas. Utiliza lienzos de gran formato (dos por dos) y comienza a trabajar en ellos extendiéndolos en el suelo , ayudándose en ocasiones de herramientas tan curiosas como una fregona. A continuación, construye con minuciosidad los accidentes geográficos de sus naturalezas partiendo de un collage de imágenes digitales que obtiene de Internet y que después lleva al proceso pictórico.

Estudio de Santiago Giralda en Nave Oporto  Fotografía: Alberto de las Vecillas

Estudio de Santiago Giralda en Nave Oporto Fotografía: Alberto de las Vecillas

pintor 4

Fotografía: Alberto de las Vecillas

pintor 1

Santiago Giralda en su taller. Fotografía: Alberto de las Vecillas

La influencia de diferentes artistas y periodos de la historia del arte está muy presente en la obra de Santiago Giralda. Este es un punto en común con la obra de Balthus, a quien el artista define como su gran referente. Con él comparte “una idea muy espiritual de la pintura, una búsqueda de la belleza y de la trascendencia pictórica” que Giralda busca transmitir con sus cuadros, así como la referencia a  los paisajes suizos y el arte oriental.

"Los niños Blanchard", Balthus (1937). Musée National Picasso

«Los niños Blanchard», Balthus (1937). Musée National Picasso

«Los niños Blanchard de Balthus tiene todo lo que tiene que tener un cuadro»

gotteron-1943.jpg!Blog balthus wikiart.org

«Gottéron», Balthus (1943)

Giralda siempre ha buscado un modelo pictórico que no sea exclusivamente occidental y esa influencia del arte japonés se aprecia en la utilización del vacío en la composición. Los acuarelistas japoneses dejaban mucho papel a la vista en sus obras y este es un recurso que el artista emplea en la construcción de sus paisajes. Para ello, levanta capas de pintura y después reutiliza ese material sobrante en sus collages, estableciendo una analogía entre la idea del reciclaje de materia y la reutilización de imágenes digitales con las que crea sus composiciones.

DSCN0818

Detalle de «Prometheus» en el que se aprecia el lienzo desnudo.

Detalle de "Niebla" y los elementos que Giralda reutiliza en sus collages.

Detalle de «Niebla» y los elementos que Giralda reutiliza en sus collages. Fotografía: Alberto de las Vecillas

Tanto las series Rendering Landscapes  de Giralda como los paisajes de Balthus están inspirados en las montañas suizas y ambos artistas las identifican con los paisajes orientales. Aunque las anteriores naturalezas de Giralda estaban inspiradas en los acuarelistas japoneses, su aspecto no era tan apacible como en las obras niponas. Su carácter era agitado y de un marcado aire romántico que venía dado por el modo de representación y no por la pincelada, como ocurre en sus últimas obras. Esos paisajes incluían motivos arquitectónicos que le daban una proporción más humana a la naturaleza, mientras que ahora Giralda busca abrumar al espectador con la monumentalidad del paisaje.

s9_interface+1_ poliptico 2012

Políptico «Interface» (a.2012) Rendering Landscapes I Fotografía: santiagogiralda.com

Aunque la influencia de los paisajistas románticos del s.XIX es más que evidente en su obra, Giralda afirma que se esta liberando de muchos referentes al mismo tiempo que busca constantemente nuevos lenguajes pictóricos con los que romper las normas del genero paisajista. En esta nueva etapa su gran referente es la obra de Caspar David Friedrich, y en concreto su obra “El monje”. Giralda no escoge el vacío como elemento iconográfico sino la montaña, pero mantiene el aspecto contemplativo del paisaje. Al igual que Friedrich, el artista pretende animar al espectador a que interiorice la escena y elimina cualquier elemento externo que le pueda condicionar.

monje friedrich

«El monje junto al mar», Caspar David Friedrich (c.1810)

Detalle de "El observador" (2013) rendering Landscapes Fotografía: santiagogiralda.com

Detalle de «El observador» (2013) rendering Landscapes II Fotografía: santiagogiralda.com

Santiago Giralda quiere hacernos sentir ante sus obras como ese monje frente a la inmensidad del mar, a la vez que le invita a recorrer sus montañas. Lejos de querer establecer un itinerario en la composición, aspira a que el espectador se apropie del espacio representado y cree su propio recorrido, a la manera de los exploradores del s.XIX.

«Niebla» (a.2015) Fotografía: santiagogiralda.com

textura 2

Detalle de «Niebla»   Fotografía: Alberto de las Vecillas

«Niebla». Óleo sobre lienzo (a.2015). Este cuadro está inspirado en la obra del artista y vulcanólogo Gerardo Murillo. En ella,Santiago Giralda juega con las texturas, las formas geométricas y el poder de atracción del abismo. 

"Erebus", (a.2015)  Fotografía: santiagogiralda.com

«Erebus» (a.2014)                         Fotografía: santiagogiralda.com

El  fotógrafo Alberto García-Álix incluyó la obra «Erebus» de Santiago Giralda en su selección de creadores emergentes de ARCO 2015 y, a juzgar por la frase que le dedicó, parece que el artista ha cumplido el objetivo que persigue con su pintura:

“Este artista pinta unos paisajes que me gustaría ir a verlos en vivo”

Agradecimientos:

Santiago Giralda

Alberto de las Vecillas, La Maleta Producciones.

Un carnaval de arte y moda

Estos días se ha celebrado el carnaval y el de Venecia es uno de los más antiguos y famosos del mundo. Esta fiesta tiene mucho que ver con la representación teatral, no en vano algunos de los disfraces más populares y representativos son personajes de la Comedia del Arte. Muchos pintores han recogido en sus lienzos escenas de esta popular fiesta por su interés en la teatralidad, mientras que otros artistas se han limitado a emplear el arte del disfraz en sus obras.

                        «El minueto» Tiépolo c.1755

Veronese se retrató en como un noble vestido de cazador en los los frescos que realizó en 1560 en Villa Barbaro.

Veronese se retrató como un noble vestido de cazador en los frescos que realizó en 1560 en Villa Barbaro.

Rembrandt realizó este retrato de su hijo Titus vestido con hábito de monje en 1660. No se sabe muy bien si se trata de una disfraz o de un estudio para otra escena más completa.

Rembrandt realizó este retrato de su hijo Titus vestido con hábito de monje en 1660. No se sabe muy bien si se trata de un disfraz o del estudio para una escena más completa.

Algunos artistas aparecen representados en sus propias obras como personajes de época o se hacían retratar en cuadros y fotografías como los artistas e intelectuales a los que admiraban, tal y como podemos ver en la obra de David Wilkie Wynfield.

Sir John Everett Millais fotografiado por David Wilkie Wynfield como Dante (a.1862)

Por otra parte, es habitual encontrar retratos de los s.XVIII y XIX en los que las figuras aparecen ataviadas con ropajes característicos de otras civilizaciones y épocas, sin hacer referencia a personajes concretos. Este recurso se empleaba para relacionar a los retratados con culturas con la que estaban especialmente vinculados y por las que viajeros, intelectuales y escritores alimentaron el interés en Europa.

NPG 4573; Edward Wortley Montagu by Matthew William Peters     NPG 6538; Sir Theodore Turquet de Mayerne by Unknown artist

Izquierda:  Edward Wortley Montagu, viajero y especialista en lenguas arábigas, retratado por Matthew William Peters en 1775  Derecha: La toga a la romana con la que es retratado el médico Sir Theodore Turquet de Mayerne nos sugiere una conexión con el conocimiento de la antigüedad clásica. Autor anónimo, s.XVII.

Posible retrato de Marie Adelaide de Francia vestida a la turca. Jean-Étienne Liotard a.1753

Posible retrato de Marie Adelaide de Francia vestida a la turca. Jean-Étienne Liotard a.1753

Este tipo de indumentaria puede parecernos un disfraz, pero las culturas clásica y oriental influyeron notablemente en la estética de la época. Un buen ejemplo son  los retratos de mujeres vestidas con kimonos y que podrían parecernos disfrazadas de geishas. En la década de 1870 las mujeres pasaron de usar estas prendas tradicionales para estar en casa a lucir vestidos de calle muy a tono con el japonismo característico del s.XIX.

Capricho en púrpura y oro. La pantalla dorada (a.1864). James Abbott McNeill Whistler. Smithsonian Museum

Capricho en púrpura y oro. La pantalla dorada (a.1864). James Abbott McNeill Whistler. Smithsonian Museum

Un caso muy significativo es el de la moda oriental y Paul Poiret. Durante el s.XIX, Oriente atrajo la atención de artistas y literatos que viajaron a diferentes países del Norte de África y reflejaron en sus obras la fascinación por estas culturas y sus gentes. Esta pasión por el orientalismo se reflejó en la indumentaria decimonónica pero fue Paul Poiret quien hizo del panorama de la moda de principios del s.XX su particular harén.

El diseñador francés ya había presentado algunas de sus exóticas creaciones hacia 1907, pero la representación de los Ballets Russes en París en 1909 consolidó e impulsó esta influencia en la moda y en las artes. Al igual que ocurre con la caracterización de algunos retratos, en ocasiones cuesta diferenciar la moda de la caracterización en las creaciones de Poiret. El artista (como se definía a sí mismo) vivía inmerso en su particular teatro de la moda, creando no sólo diseños orientales sino también la decoración adecuada para la presentación de sus colecciones y su particular modo de vida. Su famoso baile de «Las mil y dos noches»  que se celebró en 1911 es el mejor ejemplo de ello.

             Escena del baile «Las mil y dos noches»

Paul y Denise Poiret organizaron en su residencia del Faubourg Saint-Honoré un baile en honor al egiptólogo Joseph Charles Mardrus y recrearon (junto a Georges Lepape, Raoul Dufy y Jean Cocteau) un palacio asirio de ensueño. Las aves y vegetaciones exóticas hicieron las delicias de los invitados, que acudieron vestidos a la manera persa. Poiret aprovechó la ocasión para presentar algunos de sus diseños orientales, de manera que el espectacular despliegue escenográfico de la fiesta fusionó la mascarada y la acción publicitaria.

agnautacouture denis poret 1002 party denise poiret 1002 party lepape

Izquierda: Denise y Paul Poiret disfrazados en la fiesta «Las mil y dos noches». Derecha: Ilustración realizada por Lepape en la que aparece Denise Poiret en la legendaria fiesta.

Aquella magnifica velada oriental es una de las fiestas míticas del s.XX, pero no es la única que ha pasado a la historia. Desde el s.XVIII hasta la segunda Guerra Mundial se celebraron por todo lo alto numerosos bailes temáticos cuya etiqueta exigía un disfraz ad hoc y en los que la relación con el arte y la moda es más que manifiesta.

Uno de los más curiosos es que el que organizó en 1885 Walter Crane, artista inglés adscrito al movimiento Arts and Crafts, como parte de los festejos que celebraban la construcción de los nuevos edificios del Instituto Real de Pintores de Acuarelas de Londres. El mismo Crane, su esposa y su hijo formaron parte junto a otros artistas de un cuadro viviente que reproducía la famosa obra de Leighton “Cimabue celebrando la Madonna”.

 Walter Crane disfrazado de Cimabue y su mujer Mary Frances como Laura, el objeto de amor en los poemas de Petrarca (a.1897) Fotografía de Sir Emery Walker

Walter Crane y su mujer Mary Frances con los disfraces que utilizaron en la mascarada de 1885. Crane aparece como Cimabue y su mujer como Laura, el objeto del amor de Petrarca (a.1897) Fotografía de Sir Emery Walker

Cimabue celebrando la Madonna(c.1855), Frederic Leighton. National Gallery, Londres.

En el centro aparace Cimabue vestido de blanco. A la derecha vemos un autorretrato de Leighton sobre un caballo y caracterizado con los ropajes de la época. «Cimabue celebrando la Madonna» (c.1855), Frederic Leighton.

El arte puede ser la inspiración para un baile de disfraces pero también puede suceder al contrario, como en el caso de la fiesta que organizó Olga Lynn en 1935. La modelo convocó a la alta sociedad londinense para un baile benéfico cuyo tema era el Olimpo y sus diosas. Las damas más distinguidas acudieron al evento vestidas como diosas griegas y romanas y este desfile de belleza a la antigua inspiró a la fotógrafa Madame Yevonde para su serie “Diosas y otras”. Estas fotografías llaman especialmente la atención por la técnica empleada, el uso del color y su similitud con la fotografía de moda de la época.

 Lady Dorothy Etta Warrender como Ceres. Madame Yevonde

Lady Dorothy Etta Warrender como Ceres (a.1935), Madame Yevonde 

Hablando de espectáculo, arte, moda y mascaradas es difícil no mencionar a Elsa Schiaparelli. La diseñadora que ”disfrazó” a las mujeres de constelaciones, artistas circenses y obras de arte encontró un motivo de inspiración en el baile “La comedia italiana”, ofrecido por Maurice de Rotschild en el París de 1937. Un año después, presentó su colección «La Commedia dell’Arte» que incluía este abrigo tipo arlequín realizado en patchowrk en el que se inspiró Man Ray para realizar su obra “Le beau temps” (a.1939).

schiaparelli abrigo arlequin 1939 metmusem           le beaux temps man ray 1939 philamuseum

          Estas obras de Schiaparelli y Man Ray fueron realizadas antes del estallido de la Guerra Mundial y en ambas se refleja el estado de ánimo de la sociedad ante el inminente conflicto bélico.

La segunda guerra mundial trajo malos tiempos para la diversión y los fastos, pero una vez resuelto el conflicto bélico tuvo lugar el baile que aún hoy se recuerda como uno de los mejores de todos los tiempos. Aquella inolvidable noche tuvo lugar en el verano de 1951 en el Palazzo Labbia de Venecia, propiedad del decorador español Carlos de Beistegui. El impresionante edificio se decoró con todo lujo de detalles, perfectamente documentados, siguiendo el estilo del s.XVIII y tenía como tema principal «La cena de Clepatra». Lo más granado de la sociedad se vistió para la ocasión representando diferentes personajes de la literatura, pintura e historia de la época. Todos ellos fueron recibidos por Antonio y Cleopatra, representados en los frescos realizados por Tiépolo en el palacio. Christian Dior acudió con un traje diseñado por Dalí y a su vez fue el artífice de alguno de los disfraces de la fiesta, como el que realizó para Alix de Rothschild. El corpiño y la falda con crinolina hacían parecer a la baronesa una pastora de los bucólicos cuadros de Watteau.

baile beisteguui lofficiel 951 2010 beistegui jacques fath como el rey sol

Izquierda: Lady Diana Cooper en el centro de un grupo de invitados Derecha: Jacques Fath junto a su mujer Geneviève.

Otro nombre de la edad de oro de la Alta Costura, Jacques Fath, acudió a la fiesta de Beistegui vestido como el Rey Sol y ese mismo año fue el anfitrión de dos memorables bailes de máscaras en su castillo de Corbeville: “Hollywood 1925” y “Blanco y rojo”. Este último se ambientó en la corte francesa del s.XVIII y Fath recibió a sus invitados entre rosas rojas y reproducciones vivientes de cuadros de Watteau y Fragonard.

baile de jacques fath loifficiel 1951.png 2     baile de jacques fath loifficiel 1951 blanco y rojo

Izquierda: Jacques Fath y su mujer Geneviève, vestida como María Antonieta, recibiendo a sus invitados. Derecha: Tony Pawson y David Bloomingdale.

A pesar de que tras la segunda guerra mundial estos fastuosos eventos fueron cada vez menos habituales, la segunda mitad del s.XX ha sido testigo de fabulosas mascaradas. Un buen ejemplo es el baile «Cabezas surrealistas» ofrecido por los Rotschild en 1972, en el que el arte y la moda fueron protagonistas indiscutibles.

  jacqueline delubac scalaregia baron alexis de redé sombrero de dalí scalaregia

Izquierda: Jacqueline Delubac con un disfraz inspirado en la obra «El hijo del hombre» de Magritte Derecha: El barón Alexis de Redé con un sombrero diseñado por Dalí, que también acudió a la fiesta.

invitacion bal surrealista scalaregia

El anverso de la invitación que enviaron los barones de Rotschild  estaba escrita al revés sobre un cielo de Magritte.

En las últimas décadas algunos diseñadores han hecho de la vertiente más extravagante de la moda su seña de identidad, deleitándonos con artificios que en ocasiones se acercan al disfraz. Las imaginativas puestas en escena y la espectacularidad de algunas creaciones nos hacen sentir como un invitado más de aquellos lujosos bailes que nos siguen haciendo soñar.

Christian Dior. Colección Alta Costura Otoño/Invierno 2005

Christian Dior. Colección Alta Costura O/I 2005

El desfile de Jorge Vázquez en el Palacio de Fernán Nuñez.

Hubo un tiempo en el que los palacios acogían las reuniones, los bailes y los acontecimientos mas importantes de las familias aristocráticas. Muchos de esos nobles edificios ya no están habitados y han dejado atrás los días de boato pero de vez en cuando recuperan el bullicio de los acontecimientos sociales para lucir en todo su esplendor en pleno s.XXI. Es el caso del palacio de Fernán Núñez, el lugar elegido por el diseñador Jorge Vázquez para presentar el pasado 6 de Febrero su colección invierno 2015/2016.

Las obras de este palacio situado en la calle Santa Isabel de Madrid fueron iniciadas a finales del s.XVIII por el duque de Alburquerque y marqués de la Mina y llevadas a cabo por Antonio López Aguado, arquitecto y discípulo de Villanueva. En 1847 su hijo Martín López Aguado dirigió las obras de remodelación, manteniendo la fachada y añadiendo la decoración de época isabelina que podemos admirar hoy día.

En el interior del palacio se atesoraban valiosas obras de Velázquez, Murillo, Goya y Federico de Madrazo así como piezas de artes decorativas. Muchas de estas obras fueron vendidas o retiradas por la familia tras la venta del edificio en 1941 a la Compañía de Ferrocarriles del Oeste pero aún se pueden ver en su interior los frescos realizados por Vicente Palmaroli y algunas copias de los cartones para tapices realizados por Goya.

salon isabelino con cuadro de greuze

Salón Isabelino en el que se puede ver una obra del pintor francés Greuze. Foto: Revista La Voluntad a.1920

Sorprende encontrar tras la fachada neoclásica del edificio el refinamiento y el lujo afrancesado de las estancias que acogieron el desfile y que nos transportan a otra épocaNada más entrar en el palacio el perfume de las velas y flores frescas recibía a los asistentes al evento. Un aroma a rosas que se hacía más intenso al ascender los peldaños de la escalera que conduce al piso noble. El suelo de marquetería sobre el que antaño se daba cita la alta sociedad madrileña se cubrió para la ocasión con una moqueta rosa y el capitoné de los muebles de estilo isabelino fue sustituido por sillas doradas de estilo Napoleón III, muy apreciadas por Christian Dior y  tradicionalmente asociadas a la Alta Costura.

jorge vazquez holacom

Detalle de la decoración en Salón de estuco       Foto: Hola.com

Las modelos aguardaron su turno para salir a la pasarela en el salón rojo (antiguo despacho del duque) bajo la atenta mirada de un retrato de Fernando VII, monarca que concedió el título nobiliario al primer duque de Fernán Nuñez en 1817.

En el salón rojo puede verse un busto de Maria Antonieta, una de las primeras creadoras de moda y tendencias de la historia. Desde allí las modelos iniciaron su recorrido sobre la pasarela, que atravesaba el salón de baile, el salón isabelino y el salón amarillo. Foto: villaycortedemadrid.com

Durante la espera para el comienzo del desfile era inevitable elevar la vista y admirar la belleza del salón de baile de estilo rococó afrancesado. Dos espectaculares lámparas de Baccara,t realizadas por Paillard, se reflejaban en los enormes espejos dorados y las figuras de los frescos realizados por Palmaroli parecían esperar ansiosas el comienzo del espectáculo. Una vez apagadas las luces, las modelos hicieron su aparición bajo unas cortinas de seda de Lyon y el escudo heráldico de la familia rodeado de figuras alegóricas.

16_-_salon_baile 18_-_salon_baile templete

Al ritmo de la música del desfile la modernidad irrumpió en la sala con una colección sofisticada y llena de referencias a décadas pasadas que podríamos haber visto perfectamente en la pasarela parisina. Las modelos lucieron prendas de líneas evasé, grandes botones y tejidos gruesos mezclados con vinilo, un material que recuerda a la moda futurista de los años 60 pero con un aire menos espacial, renovado y fácil de llevar al emplearse adornado con cristales y sobre troquelados.

Jorge_Vazquez_1097379 Jorge_Vazquez_1097382 Jorge_Vazquez_1097372

El pelo de cabra en los zapatos de salón llamó poderosamente la atención. Estos complementos recuerdan a las botas realizadas con este material que presentó André Courrèges en 1964 y que causaron furor, ya que era la primera vez que se empleaba este material en el calzado.

Jorge_Vazquez_1097459

Las transparencias  atrevidas y sofisticadas son una de las señas de identidad de la moda de los años 60 y 70.

El aire de los setenta se hizo notar en los pantalones de campana que estuvieron tan de moda a partir de 1975 y que, al parecer, volverán a ser tendencia. En su momento esta prenda se adornaba con bordados de flores, motivos que Jorge Vázquez sustituye por piezas de cristal de gran tamaño. La parka y el contraste de proporciones que dan los voluminosos abrigos de pelo sobre vestidos cortos o conjuntos de aire masculino al estilo Annie Hall fueron otras de las propuestas de sabor setentero.

Jorge_Vazquez_1097414 Jorge_Vazquez_1097410

Jorge_Vazquez_1097492 Jorge_Vazquez_1097444

El estilo disco de los 70 se dejó ver en la chaqueta bordada con el nombre de la colección de Jorge Vázquez y un elegante mono combinado con guantes.

 El protagonista de alguna de las salidas del desfile fue el punto, un material más que apropiado para el invierno y que estuvo muy de moda en los años 70. Jorge Vázquez lo utiliza en vestidos con vuelo al estilo años 50 o en prendas largas ajustadas que dejan poco a la imaginación y siguen la línea de las propuestas de Courrèges y los vestidos tipo tubo de Halston.

Jorge_Vazquez_1097391 Jorge_Vazquez_1097387

Un complemento especialmente llamativo fue un manguito de piel combinado con unos guantes largos que suponía un guiño al ambiente decimonónico del palacio.

Jorge_Vazquez_1097472

Algunas prendas del desfile hacían referencia al New Look de Dior con faldas corola que marcaban la cintura.

Jorge Vázquez presentó una colección de tonos claros (a excepción de los complementos y algunas concesiones al negro y el rojo) llena de contrastes en el uso de los tejidos, los volúmenes y la combinación de prendas. Contrastes que se advierten en la modernidad de sus propuestas combinadas con referencias a diferentes momentos de la Historia de la Moda y la presencia de creaciones contemporáneas en un entorno que realzaba la sofisticación del desfile.

Jorge_Vazquez_1097421 Jorge_Vazquez_1097441

Jorge_Vazquez_1097465 Jorge_Vazquez_1097430

Jorge_Vazquez_1097507 Jorge_Vazquez_1097499

Aunque los tiempos de ostentación de los que hacía gala el s.XIX quedan muy atrás, es precisamente el refinamiento de tiempos pasados lo que en muchas ocasiones buscan los diseñadores para la puesta de largo que supone un desfile. No es la primera vez que Jorge Vázquez presenta su colección en un entorno  privilegiado como el Palacio de Fernán Núñez, ya que en temporadas pasadas escogió los jardines de la Embajada Francesa y el Real Jardín Botánico de Madrid.

En países como Francia e Italia es habitual que las colecciones de la semana de la moda se presenten en lugares de interés artístico y esa acertada asociación entre el arte y la moda contribuye a la consideración de esta última como un bien cultural que es importante proteger y difundir.

Imagenes del desfile: trendencias.com

Pertegaz en la memoria. El homenaje al diseñador en el Museo del Traje.

Excelentísimo Manuel Pertegaz, Don Manuel Pertegaz, el señor Pertegaz. Hay muchas maneras de referirse a uno de los mejores diseñadores de Alta costura en España pero todos los participantes en el homenaje que tuvo lugar en el Museo del Traje le llamaban simplemente Manolo.

Pedro Mansilla, coordinador del acto, reunió a una serie de personas allegadas al diseñador que estaban allí para recordar a una persona a la que apreciaban como profesional y aún más como amigo. Fue un acto muy emotivo en el que los asistentes pudimos conocer a través de recuerdos y vivencias la parte mas personal y desconocida de Manuel Pertegaz.

1256927927893

En el homenaje estuvo presente una persona que Pedro Mansilla definió como “la mano derecha y la mano izquierda” de Pertegaz, Ángel Tribaldos, que demostró una discreción absoluta. La misma discreción de la que hacía gala Pertegaz, su jefe durante 40 años. Ángel prefirió dejar que el resto de participantes relataran historias del taller y anécdotas que él mismo vivió en primera persona y se limitó a recordar que Pertegaz “era un señor de la moda, pero sobre todo era un señor”

DSCN0773

Quien sí nos regaló alguna anécdota fue Dione Caus Pertegaz, una de las sobrinas del diseñador, que explicó lo unida que estaba a su tío y cómo este quería tener a toda su familia siempre cerca: tanto su única hermana como sus tres sobrinas Sionín, Elisa y Dione trabajaron con él muchos años. Y debía haber mucha faena en el taller porque estando su hermana Encarna embarazada de Dione, el momento del parto le sorprendió trabajando en los salones de la Avenida Diagonal y apenas le dio tiempo a subir al piso de arriba, donde vivía la familia, para traer al mundo a su hija.

Dione Pertegaz habló con cariño y admiración de su tío desde un punto de vista personal y profesional, aunque reconoció ante el publico el gran defecto del diseñador: la impuntualidad. Explicó que Pertegaz llegó tarde a más de un evento al que estaba invitado, haciendo acto de presencia junto a sus modelos vestidas con sus creaciones cuando todos los invitados ya se habían marchado. Dione lo contó divertida y sin darle mayor importancia, ya que aunque el diseñador llegara tarde” llenaba el espacio donde estaba a pesar de lo enjuto que era”

Una de esas modelos que en mas de una ocasión se quedó vestida de Pertegaz y sin evento es Nuria Valldaura, una de las maniquíes fijas de los talleres de Barcelona. Allí pasó jornadas de trabajo maratonianas dando vida y movimiento a las creaciones de este diseñador “pequeño en tamaño pero grande en calidad humana” y reivindicó la necesidad de un mayor conocimiento sobre la persona de Pertegaz. Resaltó el fuerte carácter que tenia, como buen aragonés, y la amabilidad y el respeto con el que trataba a todo el mundo. Contó emocionada la capacidad que el diseñador tenía para hacer que cada una de sus modelos se sintiera especial, de modo que en su taller no había un ambiente de competencia sino de armonía.Cada modelo sabía cuál era su papel dentro de la colección aunque lo que todas deseaban era desfilar con el vestido de novia, el broche de oro de las colecciones.

Nuria contó algunas anécdotas de la cabina de las modelos y nos hizo revivir por unos momentos el ambiente entre bambalinas de la alta costura, ese mundo que lamentablemente ya no existe y que nos deja entrever que era tan amable como sacrificado. Por mucha magia que queramos ponerle al mundo de la moda no deja de ser un oficio, con sus luces y sus sombras.

Resaltó en más de una ocasión que trabajar con Pertegaz era  lo máximo a lo que podía aspirar una maniquí. Según sus palabras era un honor y un continuo aprendizaje ya que pulía a las mujeres, tanto a sus clientas como a sus modelos. Pertegaz les enseñaba a eliminar todos aquello que sobresalía demasiado, a caminar y a moverse con gracia y elegancia: aprendían a ser cisnes.

ana rosa con pertegaz telva 1986

Pertegaz junto a la modelo Ana María a.1980

 “Las modelos entrábamos en el taller como patos y ocas y salíamos cisnes” Nuria Valldaura

Las modelos que trabajaban con Pertegaz eran las mas solicitadas junto a las de Balenciaga pero al diseñador no le gustaba que trabajaran en otros salones. Jose María Fillol, diseñador e impulsor del prêt-à -porter en España en los años 60, compartió con el público cómo tuvo la oportunidad de conocerle gracias a que una de esas modelos quiso desfilar para él.

Montse Bulnes, una de las musas de Pertegaz, encarnaba el ideal de belleza que había puesto de moda Audrey Hepburn (actriz a la que el mismo Pertegaz vistió en mas de una ocasión) y que Fillol buscaba para las modelos de su primer desfile de Moda del Sol en Barcelona. Aunque quería contar con Montse en el casting decidió no contratarla si no obtenía el permiso de Pertegaz, al que admiraba. El diseñador no solo dio su plácet sino que agradeció el detalle acudiendo al desfile, rompiendo su habitual costumbre de no acudir a actos sociales.

“La alta costura deberia convivir con el prêt-à-porter” Manuel Pertegaz

Otro profesional de la moda que expresó su admiración por las modelos de Pertegaz es el fotógrafo Antoni Bernard. Conoció al diseñador en los años 60 cuando le encargaron un reportaje fotográfico sobre él y a raíz de ese primer contacto surgió una relación de amistad, además de innumerables fotografías profesionales  y personales. Una de esas imágenes presidió el despacho de Pertegaz durante mucho tiempo, un detalle que Bernard agradeció ilusionado.

Manuel pertegaz

Pertegaz en su despacho. Al fondo una fotografía realizada por Antoni Bernard en 1975.

Antoni Bernard realizó las fotografías del catálogo de la exposición de Pertegaz en el Museo Reina Sofía en 2004 y que estuvo comisariada por Elio Berhanyer. Además de fotografiar las piezas expuestas realizó una sesión de fotos en la que Laura Ponte, una de las musas del fotógrafo, daba vida a los vestidos de Pertegaz. Es inevitable sonreír escuchando a Bernard relatar lo mucho que disfrutaron ambos descubriendo la calidad de la confección y los trucos que utilizaba el diseñador para realzar la figura de sus clientas.

IMG_20150130_0003 IMG_20150130_0006

1.Laura Ponte con un conjunto en crêpe collé negro, madroños y botones de azabache (a.1989)  2.Vestido en glacé negro y flores de organza. Pamela de rafia y tul (a.1992) 3.Vestido en crêpe de seda blanco bordado con turquesas y abalorios (a.1966) 4.Vestido en crêpe negro y botones de abalorios (a.1975)

En uno de sus últimos trabajos juntos, Pertegaz se negó a posar y Bernard se dio cuenta (no sin poca sorpresa) que desde aquella primera fotografía 40 años atrás “él había madurado y Pertegaz se había hecho un niño”. Lola Gavarrón, presente entre el público, también definió a Pertegaz como un niño, pero no por momentos como ese sino por la ilusión y la energía que ponía en todo lo que hacía.

Las negativas de Pertegaz eran míticas, casi siempre decía que no a priori pero en alguna ocasión se dejaba convencer, tal y como contó Jesús Mª Montes-Fernández. El periodista explicó con palabras de agradecimiento cómo en un momento profesional delicado y crucial para ambos ese «no» inicial se convirtió en un «sí» muy importante para su carrera. Tenía que conseguir unas declaraciones del diseñador acerca del vestido de novia de la Reina Letizia en un momento en el que el diseñador no daba entrevistas a nadie por la proximidad de la boda real y aunque en un primer momento Pertegaz no quería hablar para la cámara, finalmente accedió.

El vestido de novia de la Reina Leticia está expuesto en el Palacio Real de Aranjuez.

Jesús Mª Montes destacó la capacidad creativa y de trabajo de Pertegaz. Cada una de sus colecciones contaba con mas de 150 modelos (algunos de tres piezas) frente a los 70  que hoy en día presenta Chanel en su colección de Alta Costura, la más amplia de la semana de la moda parisina.

taller pertegaz vogue foto pertegaz

Entre los talleres de Madrid y Barcelona Pertegaz llegó a tener a más de 700 personas a su cargo.

Sorprende que con semejante volumen de trabajo Pertegaz no tuviera ayudantes y que «sólo» contara con su jefa de taller, sus costureras y bordadoras para sacar adelante las colecciones. Nuria Valldaura afirmó que “fue maestro de maestro para quien quisiera aprender” pero lo cierto es que nadie aprendió de primera mano todo el conocimiento y savoire- faire que atesoraba ya que siempre dijo que “no tenia tiempo de enseñar a la gente”.

Algo de lo que se lamenta Enrique Loewe, Presidente de la Fundación Loewe de la que Pertegaz fue patrono, porque vivimos en «un mundo falto de belleza, del buen gusto y proporciones en la vida cotidiana de la que Pertegaz fue un maestro” y se echa de menos una figura así.

Fotografía de Antoni Bernard realizada con motivo de la presentación del documental «El hombre que vistió a los cisnes».

“Cuando uno está cerca de un genio se siente una cosa excepcional, se siente como un frío, como un vacío, algo especial y Pertegaz me transmitía esa sensación” Enrique Loewe

Pertegaz fue un maestro no sólo como couturier sino también como empresario. La única biógrafa hasta el momento del diseñador, la periodista Isabel de Vilallonga, participó en la mesa redonda y aprovechó la ocasión para animar a que alguien se decida a escribir una biografía más amplia y completa sobre el diseñador. Una biografía que en parte sería una aproximación a la historia del país: un retrato de la Barcelona de la posguerra, de la burguesía catalana y la alta sociedad madrileña a través de las clientas de Pertegaz.

Muchas de esas mujeres, entre ellas Dione de Pertegaz, han donado sus vestidos al Museo del Traje de Madrid. Concha Herranz, conservadora del museo, destacó la importancia de las donaciones para acrecentar los fondos de la colección y agradeció este gesto de generosidad ya que «desprenderse de un Pertegaz es motivo de emoción para sus clientas, que guardan sus trajes como tesoros»

Vestidos de Pertegaz. Colección del Museo del Traje de Madrid.

Gracias a esas donaciones el público puede disfrutar de las creaciones de Manuel Pertegaz, un diseñador que ha sido uno de los grandes de la Ata Costura con mayúsculas y al que después de este homenaje conocemos un poco mejor.

Pedro Mansilla recordó algunas anécdotas vividas junto al diseñador y aunque mantuvo la voz firme en todo momento (a diferencia de otros participantes que interrumpieron su discurso por la emoción) transmitió con sus palabras el afecto y admiración que siente por Manuel Pertegaz y quiso despedir el acto recordando esta fotografía del diseñador:

«Está tan lleno de energía,de fuerza y travesura. Es tan manolo…»

Manuel Pertegaz en un retrato realizado por Robert Royal a.1972

El último maestro: Hubert de Givenchy en el Museo Thyssen.

La moda ha entrado en el Museo Thyssen y lo ha hecho por la puerta grande con la exposición dedicada a Hubert de Givenchy, que vestirá el museo con las creaciones del maestro de la Alta Costura hasta el próximo 18 de Enero.

Las creaciones de Givenchy forman parte de las colecciones de museos de moda de todo el mundo y a comienzos de los años noventa instituciones como el FIT de Nueva York o el Museo Galliera de Nueva York le dedicaron exposiciones antes de su retirada en 1996, pero esta es la primera vez que un museo no especializado en indumentaria le dedica una muestra a toda su carrera. Este proyecto llega casi diez años después de su ultimo desfile y según ha explicado el mismo Givenchy, el hecho de que la exposición tenga lugar en España y en el Museo Thyssen (cuya colección como experto en arte conoce bien) hizo que la propuesta fuera imposible de rechazar.

givenchy rtve

Hubert de Givenchy en las salas de la exposición. Fotografía: http://www.rtve.es

Según Eloy Martínez de la Pera, comisario de la muestra, no se trata de una retrospectiva  más de su carrera sino “una visión de lo que Givenchy entiende por belleza”. El  valor añadido de esta exposición radica en que el mismo diseñador se ha implicado totalmente en todo el proceso: ha bocetado los modelos expuestos,los textos de las salas son suyos y ha supervisado hasta el último detalle de los modelos y maniquíes, encargándose él mismo de los accesorios. No podía ser de otra manera dada la importancia que el modista ha dado siempre a ese aspecto de su trabajo: en sus desfiles presentaba sus modelos con todos los accesorios y adornos que consideraba adecuados, ocupándose incluso del peinado que le iba mejor a cada vestido.

Hubert de Givenchy supervisando el montaje de la exposición junto a Igor Uría, conservador del Museo Cristóbal Balenciaga.

Hubert de Givenchy supervisando el montaje de la exposición junto a Igor Uría, conservador del Museo Cristóbal Balenciaga. Foto: Facebook Museo Thyssen

Detalle de los zapatos de los maniquíes: un acierto total.

Boceto de Givenchy de uno de sus modelos de la colección Invierno 1992. Imagen: Museo Thyssen- Bornemisza.

Detalle de los zapatos de los maniquíes: un acierto total.

Detalle del calzado de los maniquíes.

La exposición es un homenaje más que merecido a un maestro de la costura que se ha hecho un hueco en la historia de la moda basándose en la elegancia sin artificios,  la búsqueda de la perfección y adelantándose en muchas ocasiones a su época. Tal y como explicó Lorenzo Caprile en una conferencia organizada por los Amigos del Museo Thyssen, la carrera de Givenchy no será recordada por presentar en sus colecciones grandes hitos (a excepción de algunas creaciones y la propuesta de siluetas novedosas) sino por crear un estilo propio. Un «estilo Givenchy» fácilmente reconocible por sus lineas limpias,tejidos de calidad y la maestría en el manejo del color, desde el negro hasta los colores más vibrantes.

Publicación de moda de 1957 con ilustraciones de las siluetas propuestas por Balenciaga (derecha) y Givenchy (izquierda), como el abrigo «en oeuf» que se puede ver en la exposición.

DSCN0171

Sorprende recorrer la exposición, compuesta por creaciones desde los años 50 a los 90,  y apreciar que los modelos de Givenchy son actuales a pesar de haber sido diseñados hace décadas. Ésto se debe al equilibrio de sus creaciones, un equilibrio que contrasta con la imagen de enfant terrible que tuvo en su época a pesar de que hoy se le considera un diseñador más bien clásico.

Hubert de Givenchy tuvo un punto rompedor que abrió camino en mucho aspectos en la industria de la moda y que fue clave para el éxito de su maison. Creó un prêt-à-porter de lujo, un concepto que ya puso en marcha con gran éxito estando al frente de la boutique de Elsa Schiaparelli y que se basaba en colecciones realizadas en tejidos de calidad pero menos costosos como el popelín y prendas fácilmente combinables entre sí, su famosa línea separates. También utilizó materiales de lujo y otros más novedosos como el plástico o el metal, pero sin pretender ser rabiosamente futurista como Courrèges o Rabanne. Givenchy utilizaba estos elementos para realizar originales bordados sobre trajes de corte clásico, dándole un toque de modernidad a la elegancia sencilla y sofisticada que caracteriza sus prendas.

DSCN0212

Vestido de novia con cuerpo en organza bordado con pailletes, piel dorada y plástico. Colección Invierno 1992

Esta exposición es un homenaje a Givenchy, a todo aquello que le ha inspirado en su trabajo y a todas las personas que han formado parte, de alguna manera, de su maison. Y es que la muestra está llena de nombres propios; nombres que forman parte de la historia del cine, de la moda, de la cultura del s. XX y de la biografía del diseñador.

En el recorrido por las ocho salas se siente la presencia de dos grandes figuras de la alta costura, Yves Saint Laurent y Cristóbal Balenciaga. En las creaciones de Givenchy se aprecia claramente la influencia de Yves Saint Laurent partir de los años 70, tras la retirada de Balenciaga, pero como él mismo reconoce (siempre con palabras de admiración) su maestro e ideal a seguir fue el diseñador vasco.

Hubert de Givenchy admira a Balenciaga desde que siendo un niño descubrió en una revista de modas la primera colección que presentó en París en 1937: tenía sólo diez años y no podía imaginarse que el mito de la costura parisina le apoyaría en su carrera y se convertiría en un gran amigo.De él tomó  la sencillez (que no simplicidad) en la ropa de día y el romanticismo en los trajes de noche, así como la maestría en el manejo de los tejidos y el color negro.

“Como en la pintura o la escultura, todos tienen su maestro. Balenciaga fue el mio”

                                                                                                  Hubert de Givenchy.

Santa Casilda de Zurbarán a.1630-35. Colección Museo Thyssen

Santa Casilda de Zurbarán (a.1630-35) Colección Museo Thyssen

Givenchy aprendió del maestro de Guetaria el manejo de los volúmenes y la riqueza de los tejidos. Estas características se aprecian en el vestido de la «Santa Casilda» de Zurbarán (c.1630), obra perteneciente a la colección del Museo Thyssen y que sirvió de inspiración para uno de los vestidos más famosos de Balenciaga.

La primera sala de la exposición es un recuerdo lleno de agradecimiento a una persona y una prenda fundamentales en los inicios de la casa Givenchy: Bettina Graziani. A ella, una de las modelos más famosas de París y relaciones públicas de la maison, se debe gran parte del éxito del primer desfile de Givenchy que tuvo lugar en 1952 tras dejar la casa de costura de Elsa Schiaparelli. Bettina consiguió que la prensa acudiera en masa al desfile y que las mejores modelos de la época lucieran en la pasarela la primera colección de un jovencísimo, que no desconocido, Hubert de Givenchy.

hubert-de-givenchy-adjusts-the-skirt-of-one-of-his-designs-on-bettina-for-his-first-spring-collection-photo-by-nat-farbman-feb-1952 bettina-models-givenchys-shantung-dress-with-short-tweed-jacket-at-his-press-show-

Imágenes de la preparación de la colección y el primer desfile de Givenchy en 1952. A la izquierda el diseñador durante las pruebas con Bettina y a la derecha la modelo desfilando.Fotografías: Life Magazine.

La colección tuvo una acogida espectacular por su frescura y la propuesta de prendas fácilmente combinables (su línea Separates) siendo la pieza estrella de la colección la blusa Bettina, bautizada así en honor a la modelo y amiga del diseñador. A sus 25 años,Givenchy conquistó París con una “simple” blusa blanca.

DSCN0562

Hubert de Givenchy y Bettina tras el desfile

Blusa Bettina junto a una footgrafia de la epoca y l ailustracion realizada por Rene Gruau

Conjunto formado por una falda de gabardina y la blusa Bettina, realizada en algodón blanco y mangas de volantes con encaje inglés. Esta prenda abrió el primer desfile de Givenchy y se vendieron cientos de ejemplares de ella.

Sería impensable organizar una exposición sobre Givenchy y no darle un lugar destacado a  Audrey Hepburn. No es posible abordar  la figura de uno y otro por separado desde aquel feliz encuentro entre el diseñador y la actriz en 1952, cuando una desconocida Miss Hepburn acudió al taller de Givenchy en busca del vestuario para su película Sabrina. La relación profesional se convirtió en una sincera y estrecha amistad, siendo la actriz una pieza fundamental en la carrera y en la vida de Givenchy. Las anécdotas que cuentan las personas allegadas y el propio Givenchy dan testimonio del inmenso cariño y admiración (personal y profesional) que se profesaban, por lo que la visita a la sala dedicada a Audrey Hepburn es especialmente emotiva.

??????????????               givenchy audrey ille saint louis by sergio strizzi

En la imagen de la izquierda,  Givenchy y Audrey Hepburn durante unas pruebas de vestuario en 1957 y a la derecha fotografiados en París por Sergio Strizzi a.1979

Ella fue algo más que su musa, juntos crearon un estilo acorde al ideal de elegancia de ambos que queda perfectamente reflejado en la exposición. Los modelos de Givenchy que se han grabado en nuestra memoria son aquellos que creó para Audrey Hepburn, ya fuera para la gran pantalla o para su guardarropa personal. Desde Sabrina, Audrey contó con Givenchy para el vestuario de sus películas (a no ser que las sofisticadas creaciones del modista fueran inadecuadas por exigencias del guion) y en su vida privada también, haciéndole una media de doce encargos por temporada.

Breakfast-at-Tiffany-s-breakfast-at-tiffanys-givenchy

AudreyDET2_PEQ

En la exposición se puede ver una de las tres copias del famoso vestido columna de «Desayuno con diamantes» (a.1961) Una de ellas, probablemente la que se usó en la película, fue donada por Givenchy al Museo del Traje de Madrid en 2006, otra fue subastada con fines benéficos y adquirida por Bernard Arnault y el hijo de la actriz, Sean Ferrer, es el propietario de la tercera y última copia.

                                                   DSCN0112

Vestido de cocktail en encaje negro que Audrey Hepburn lució en la película «Cómo robar un millón». El antifaz de encaje fue una idea de Audrey Hepburn y aunque en un principio no convenció mucho a Givenchy, el diseñador reconoció que era todo un acierto.

DSCN0118

Espectacular vestido con cuerpo de plumas y fajín de lentejuelas de la colección de alta costura Invierno 1988/89 con el que Audrey Hepburn entregó un premio a su amigo Richard Avedon.

La naturaleza es una de las pasiones que compartían Audrey y Givenchy, ambos adoraban las flores y cuidaban con mimo sus jardines. También es una de las fuentes de inspiración del diseñador y se ha querido destacar en la exposición convirtiendo una de las salas en un delicado bouquet de flores salpicado de originales vestidos de novia. Muchas mujeres confiaron en Givenchy para crear el traje mas importante de su vida y es que la fidelidad a la maison es una de las características de sus clientas.

??????????

El diseñador se muestra agradecido con todas esas mujeres que durante 44 años acudieron a su taller  y que hicieron de su casa de modas un éxito. Mujeres anónimas o mundialmente famosas, muchas de ellas eran viejas conocidas de su época en el taller de alta costura de Schiaparelli (como la duquesa de Windsor o  Marisa Berenson) mientras que otras acudieron al taller de Givenchy de la mano de Balenciaga cuando este se retiró y le indicó a sus mejores clientas dónde debían vestirse a partir de ese momento.

DSCN0091     JackyDET

Izquierda: Vestido en organza estampada diseñado por Givenchy en 1966. Derecha: Vestido y abrigo en satén con cuerpo bordado que Jackie Keneddy lució en su viaje oficial a Francia en 1961.

El éxito de su taller  llenó de felicidad al propio Hubert pero también a sus seres queridos, de quienes recibió el apoyo en su deseo de dedicarse a la moda desde que era un niño. Según Eloy Martínez de la Pera, la exposición es también un homenaje a su familia, que le enseño a apreciar la belleza en el arte y en la indumentaria.

Hubert de Givenchy creció rodeado de arte y hoy día es un gran coleccionista de obras del s.XVII, s.XVIII y XX.  Fotografía: conjunto de lamé dorado diseñado por Givenchy en 1990 rodeado de obras de arte y antigüedades en la casa parisina del diseñador. 

Esta pasión de Givenchy por el arte ha hecho que algunas de sus creaciones dejen entrever su gusto por la pintura o las artes decorativas. Ya en los años 40, cuando trabajaba con Jacques Fath, acudía a museos, exposiciones y bibliotecas en busca de inspiración para sus creaciones y una vez al frente de su propia casa de modas dedicó algunas de sus colecciones a artistas como Rothko o De Stäel.

Como no podía ser de otra manera tratándose de una exposición en el Museo Thyssen, el propio Givenchy quiso que sus creaciones se mostraran acompañadas de algunas de las obras del museo para ilustrar la confluencia entre el arte y la moda en sus colecciones. Según explica Guillermo Solana, en este aspecto de la exposición ha tenido gran importancia el criterio de Philippe Venet, una persona fundamental en la vida y la carrera de Givenchy y también coleccionista. Según Venet las creaciones de Givenchy no reproducen literalmente obras de arte pero sí hay una inspiración común, tal y como ilustra la selección de obras de la colección Thyssen que se pueden ver en la exposición.

Vestido de noche realizado en tafetán (a.1971) y estampado inspirado en la obra de Joan Miró.

Vestido de noche realizado en tafetán (a.1971) y estampado inspirado en la obra de Joan Miró.

DSCN0135 DSCN0161

Algunos modelos de Givenchy comparten el colorido y geometría de los cuadros de Robert Delaunay  y Theo van Doesburg (izquierda) o Mark Rothko (derecha).

DSCN0174

La obra de Max Ernst «Treinta y tres muchachas salen a cazar la mariposa blanca» (a.1958) junto a un espectacular vestido de pedrería.

En los modelos expuestos podemos admirar el trabajo de las modistas y los maestros artesanos con los que Givenchy trabajó siempre y que hacen que sus creaciones parezcan autenticas joyas gracias a los bordados, los brocados, la pedrería… El diseñador reconoce su aportación al éxito de su maison, un reconocimiento más que merecido teniendo en cuenta que  la muestra se presenta como un homenaje al último maestro de la Alta Costura; el maestro de un oficio que lamentablemente está desapareciendo y con él muchas profesiones afines.

DSCN0062

Conjunto de noche en terciopelo negro con bordados de vinilo e hilo dorado.

El joven Hubert de Givenchy aprendió con Schiaparelli la importancia de los botones ya que la italiana hizo de estos elementos pequeñas obras de arte contando con verdaderos artistas para su diseño.

Detalle de un vestido de noche de la colección Invierno 1991 que simula un bolero con este bordado en lentejuelas, piedras de colores y coral.

Givenchy recuerda en su biografía algunos de los talleres con los que trabajo como los de madame Brossin de Méré.

«La moda forma parte de la vida. La vida cambia, las épocas cambian»

                                                                                                        Hubert de Givenchy

Esta exposición nos invita a reflexionar sobre cómo ha evolucionado la moda y es una oportunidad  para asomarse a un mundo que ya no existe, el de la alta costura tal y como la conoció Givenchy, y a la figura de un diseñador que ha vivido en primera persona buena parte de la Historia de la Moda.

Miguel de Unamuno: un moderno en la Generación del 98.

El 31 de Diciembre es una fecha para echar la vista atrás y recordar los momentos del año que se acaba pero también es una día para recordar a una de las figuras mas importante de la historia de la cultura en España: Don Miguel de Unamuno. Fue el 31 de diciembre de 1936 cuando el filósofo,pensador e ilustre rector de la Universidad de Salamanca se encontraba de frente con la oscura dama que ocupó su pensamiento y su obra durante toda su vida: la muerte.

Estatua de Miguel de Unamuno realizada por Pablo Serrano, a.1968

Estatua de Miguel de Unamuno realizada por Pablo Serrano, a.1968 Imagen: http://www.lacronicadesalamanca.com

En un acto junto a la estatua de Unamuno colocada frente a su ultimo domicilio, cada 31 de diciembre Salamanca rinde homenaje a este escritor cuya vida y producción literaria está indisolublemente unida a la ciudad, tanto que aunque nació en el País Vasco se sentía un salmantino más: la ciudad del Tormes formó  parte de su vida y aún hoy Unamuno forma parte de la ciudad. A ella quiso volver tras sus años de destierro y exilio voluntario, primero en Canarias y después en Francia, y en ella vivió sus últimos años hasta que la muerte le sorprendió en su casa de la calle Bordadores.

«Te llevo en mí con mi vida, Salamanca»   Miguel de Unamuno

Don Miguel de Unamuno en el balcón de su casa de la calle Bordadores con el palacio de Monterrey al fondo. Fotografía de Cándido Ansede, c.1933

Don Miguel de Unamuno en el balcón de su casa de la calle Bordadores con el palacio de Monterrey al fondo. Fotografía de Cándido Ansede, c.1933

Tras pasar su niñez y adolescencia en Bilbao y sus años de Universidad en Madrid obtuvo en 1890 la cátedra de Lengua Griega en la Universidad de Salamanca,de la que seria rector años más tarde, y se trasladó a la ciudad conocida como «la cuna del saber», cuyo esplendor a finales del s.XIX ya no brillaba como antaño. Lejos de sentirse frustrado por el provincianismo de una ciudad pequeña, supo apreciar las tradiciones populares de la tierra que le acogió y como buen representante de la generación del 98 resaltó el valor de su historia y sus tradiciones. Estos aspectos también fueron apreciados por otros figuras destacadas de la época,muchos de los cuales formaban parte de su circulo de amistades y entre los que se encontraban artistas,pensadores y literatos.

Unamuno vivió siempre rodeado de artistas. Siendo un adoelscente recibió en su  Bilbao natal clases del pintor guipuzcoano Antonio Mª Lecuona Echaniz, en cuyo estudio aprendió nociones de dibujo e incluso sirvió de modelo para un cuadro realizado por su maestro. Se ve que aún siendo muy joven tenía un físico particularmente atractivo para los artistas que ya de adulto haría de él una de las personalidades más retratadas del s.XX.

Unamuno posando para el pintor Luis MArquina en su casa de Bordadores a.1934

Unamuno posando para el pintor Luis MArquina en su casa de Bordadores a.1934

Aunque en la casa Unamuno se conservan algunas copias de escenas vascas realizada en lienzo, él mismo reconocía que el color no era su fuerte y  se centró en el  dibujo, el cual practicó todas su vida. Realizó numerosos dibujos y apuntes en los que  el tema mas frecuente era el paisaje, el cual le gustaba plasmar en papel  en plein air como si de un pintor impresionista se tratase.

Copia de escena vasca realizada por Miguel de Unamun. Casa Museo Unamuno

Copia de escena vasca realizada por Miguel de Unamuno c.1880-85, Casa Museo Unamuno

Don Miguel puso en valor e hizo protagonista de algunos de sus escritos el paisaje castellano y escribió a los cuatros vientos la riqueza de parajes incomparables como la sierra de Francia y La Alberca, joyas naturales que fueron plasmadas en muchas obras finiseculares y cuyos senderos recorrió en varias ocasiones.

En sus obras  “Paisajes” y “Por tierras de Portugal y de España” Unamuno recoge los recuerdos de sus jornadas de senderismo, ocasiones que aprovechó para tomar apuntes del natural tal y como hacían los miembros del Impresionismo. Precisamente a Don Miguel le interesaba la visión impresionista del paisaje, como demuestra su admiración por las obras de su amigo Darío de Regoyos,considerado el más impresionista de los artistas españoles.

Algunas de sus amistades visitaron la provincia salmantina buscando paisajes naturales que plasmar en sus lienzos y atraídos por su amistad con Unamuno, mientras que otros como Iturrino y Milcendeau entablaron relación con el una vez instalados en Salamanca.

José Tudela,Juan Echevarría,Federico de Onís, Ignacio Zuloaga, Camilo Bargiela, Jose María Soltur y Pablo Uranga junto a Unamuno en el Retiro a.1915

José Tudela,Juan Echevarría,Federico de Onís, Ignacio Zuloaga, Camilo Bargiela, Jose María Soltur y Pablo Uranga junto a Unamuno en el Retiro a.1915

Francisco Iturrino, uno de los máximos representantes de la pintura vasca, realizó varias estancias en Ledesma a partir de 1898 ya que buscaba motivos de inspiración en las famosas ganaderías bravas y los tipos populares charros. Iturrino expuso sus escena salmantinas en París, donde conoció al pintor Edmond Charles Théodore Milcendeau, discípulo de Gustave Moreau, con quien vuelve a Salamanca en 1901 ya que el francés buscaba en Salamanca la imagen más auténtica y tradicional de España. Ambos se establecieron en Ledesma, un pueblo cercano a Salamanca al que volverían en distintas ocasiones, y comenzaron una amistad con Miguel de Unamuno que se mantuvo a lo largo de los años.

En el caso de Darío Regoyos, la amistad con Unamuno tendría mucho mas peso a la hora de visitar Salamanca que el paisaje en sí mismo. Como buen seguidor del  impresionismo, estaba fascinado por la atmósfera azulada del País Vasco pero hacia 1900 visito la provincia de Salamanca y encontró en la sierra de Béjar un paraje ideal para plasmar en sus lienzos paisajes de montaña acompañados de tipos populares y temas sociales. El intercambio epistolar y las palabras que Unamuno le dedica en sus artículos demuestran la amistad entre el pintor y el filósofo.

CMU-57-107 retrato de regoyos unamuno fondo unamuno usal dario de regoyos clerigo 1913CMU-94-Foto675 B unamuno autocaricatura

1.Retrato de Darío de Regoyos realizado por Unamuno. 2. «Clérigo» Pástel realizado por Darío de Regoyos c.1900-05, Casa Museo Unamuno. Probablemente esta obra fue un regalo de Regoyos asu amigo Unamuno 3. Autocaricatura realizada por Unamuno.

Entre los dibujos realizados por Unamuno encontramos retratos de sus amigos,como Regoyos, de su familia y autorretratos (una práctica habitual entre los artistas) que dejan claro que el escritor sabía cuál era su lado bueno y reconocía el atractivo desde un punto de vista artístico y plástico de su perfil. Sin duda don Miguel tenía una imagen característica (con 36 años ya tenía el pelo y la barba grises)  que hizo que muchos pintores de su generación y posteriores quisieran retratarle plasmando en su lienzos al pensador rodeado de una iconografía propia que él mismo había creado con sus escritos y reflexiones.

unamuno juan de echeverría c1930 reina sofia museo salamanca

Retrato de Unamuno realizado por su amigo Juan Echevarría c.1930 Colección del Museo Reina Sofía, depósito en el Museo de Salamanca

CMU-94-Foto670 lopez mezquita unamuno     CMU-94-Foto608 lopez mezquita unamuno 1926 hendaya

Retrato de Unamuno de López Mezquita. Unamuno posando para el pintor en Hendaya a.1926

unamuno manel vazquez dias 1936 reina sofia

Retrato de Unamuno realizado por Manuel Vázquez Díaz a.1936 Colección Museo Reina Sofía

                        unamuno zubiaurre 1911 euskomedia.org

Retrato de Unamuno junto a la Universidad y la torre de la Catedral Nueva. Ramón Zubiaurre, a.1911

Junto a los hermanos Zubiaurre (Ramón y Valentín) y Mariano Benlliure, Joaquín Sorolla visitó Salamanca por primera vez en 1910. Volvería dos años más tarde para tomar apuntes y realizar los bocetos para su encargo de los paneles de Visiones de España  de la Hispanic Society. El señor Huntington, fundador de la institución neoyorquina, le encargó también un retrato de Unamuno que es uno de los que mas apreciados por Unamuno ya que se veía en él «representado”.

unamuno sorolla 1912

El retrato de Unamuno realizado por Sorolla quedó inacabado. El propio Unamuno explica en una de sus cartas que el pintor debía volver para terminarlo pero al parecer eso nunca sucedió. La silla es igual que la que se encuentra en su despacho de la Casa Museo Unamuno y que fue su hogar durante sus catorce años como rector.

Retrato de Unamuno realizado por Sorolla (a.1912) Museo de Bellas Artes de Bilbao

Lejos de la españa negra que tan bien retrataron artistas como Ignacio Zuloaga (quien visitó Salamanca acompañado de Pablo Uranga y su tío el ceramista Daniel de Zuloaga) Sorolla afirmó que se encontró con una España muy diferente en su viaje por la península para la realización de los paneles de la Hispanic Society .Aunque Unamuno reconocía la valía de la obra de Sorolla, no ocultaba su predilección por Zuloaga ya que sentía debilidad por su manera de retratar la Castilla oscura y profunda en contraposición con la luminosidad de los lienzos del pintor valenciano.

CMU-94-Foto677 unamuno por zuloaga 1925 hispanic society

Reproducción del retrato de Unamuno realizado por Zuloaga en su estudio de París en 1925 y que actualmente se encuentra en la Hispanic Society de Nueva York.

Estando Unamuno en su exilio canario y Zuloaga en París, los dos amigos mantuvieron el contacto y el pintor le escribía a Unamuno sobre su deseo de hacerle un retrato. El filosofo siempre destacó a Zuloaga como uno de sus grandes amigos y uno de los mejores pintores vascos, por lo que ambos tenían mucho interés en realizar ese retrato que finalmente fue pintado en París.

Sobre la mesa de Unamuno aparecen dos aves realizadas en papiroflexia y es que Unamuno era un gran aficionado a este arte en papel desde que era niño. Ejercitó esta habilidad toda su vida e incluso le dio un nombre propio: «cocotología». Sobre ella escribió en su obra «Amor y Pedagogía» y otros escritos y por este motivo en muchos de sus retratos  aparece junto a una pajarita de papel.

Retrato de Unamuno realizado por José Aguiar a.1934, Casa Museo Unamuno

Retrato de Unamuno realizado por José Aguiar a.1935, Casa Museo Unamuno

Unamuno posando para el pintor canario José Aguiar en la puerta de la biblioteca de la Universidad de Salamanca a.1934

Unamuno posando para el pintor canario José Aguiar en la puerta de la biblioteca de la Universidad de Salamanca a.1934

Además de las figuras de papiroflexia, el perfil de las catedrales salmantinas aparece en muchos de los retratos de Unamuno como parte de la iconografía del escritor. Es manifiesto su interés y admiración por los monumentos y grandes obras de arte presentes en Salamanca, a los que dedicó algunas de sus obras y citó en numerosos escritos. Plenamente integrado en la vida cotidiana y cultural de la ciudad, se relacionó con muchos artistas salmantinos que no dudaron en retratarle.Tal es el caso de Mateo Hernández, con quien  compartió mesa y café en las tertulias del café de la Rotonde de Montparnasse durante el exilio del filósofo en París.

Como figura intrínsecamente ligada a Salamanca, son muchos los artistas de diferentes generaciones que han querido recoger en su lienzo la figura de Don Miguel.

       malocha pombo 1984        «La camilla de Unamuno» (1984), Malocha Pombo. Casa Museo Unamuno

 manuel gracia gonzalez 1986   «Don Miguel de Unamuno» (1986), Manuel Gracia González. Casa Museo Unamuno

   
     abraido del rey unamuno       «Parque de San Francisco», Abraído del Rey

   Dibujo de Zacarías González de la estatua de Unamuno frente a la Casa de las Muertes.

          unamuno cecilia martin

 «Unamuno paseando. ¡O clara carretera de Zamora, soñadero feliz de mi costumbre!» (a.1897)   Maria Cecilia Martín Iglesias. Museo de Salamanca

unamuno graciliano montero

«Unamuno y Salamanca», Graciliano Montero.

Como se aprecia en el retrato realizado por Graciliano Montero, los últimos años de su vida Unamuno lucía en el ojal de su chaqueta una pajarita de plata; regalo de un admirador que sabía de su afición y maestría en la papiroflexia. La indumentaria de Unamuno era muy caracterísitca de su persona y totalmente diferente a los usos en el vestir de la época, siendo para él fundamental la comodidad.Su aspecto era de una avanzada modernidad  puesto que en 1891 llevaba zapatos y sombrero flexibles, accesorios poco habituales en la época pero de uso generalizado en el s.XX. Al mismo tiempo, se diferenció del resto manteniéndose fiel a su barba a pesar de que dejó de llevarse a finales del s.XIX. Tal y como hoy los modernos buscan diferenciarse del resto, Don Miguel de Unamuno lo fue (sin pretenderlo ni buscarlo) al adelantarse a las tendencias o yendo contra ellas.

Miguel de Unamuno junto a la la escalera de la Universidad de Salamanca en el edificio de las Escuelas Mayores. a.1922

Miguel de Unamuno junto a la la escalera de la Universidad de Salamanca en el edificio de las Escuelas Mayores. a.1922

en las innumerables fotografías que se conservan de Unamuno se puede ver con detalle su manera de vestir: vestía de negro o azul oscuro como era costumbre en el País Vasco, rara vez usaba corbata, llevaba un chaleco cerrado hasta el cuello y no usaba abrigo a pesar del frío, aunque en sus últimos años solía llevar otra chaqueta encima del traje para recorrer las gélidas calles de su adorada ciudad.

Aun hoy  el recuerdo de Don Miguel se mantiene vivo en Salamanca y en los días de  niebla a uno le parece que se va a encontrar con este incansable caminante paseando frente a la universidad, mirando de reojo la famosa rana y pensando en la manera de hacer una de papel para sus hijos.

Unamuno firmó algunas de sus cartas con su rúbrica y el dibujo de una pajarita de papel y en homenaje al escritor me gustaría acabar este post con las instrucciones para realizar una sencilla rana de papiroflexia.¡Espero que os divirtáis haciéndola saltar!

Instrucciones para realizar la rana de la Universidad de Salamanca en papel. símbolo de la primera edición del Festival de las Artes Escénicas de Castilla y León que se celebra en Salamanca desde 2005.

Instrucciones para realizar la rana de la Universidad de Salamanca en papel. símbolo de la primera edición del Festival de las Artes Escénicas de Castilla y León que se celebra en Salamanca desde 2005.

Bibliografía :

-Unamuno y las Artes (1888-1936). Tesis doctoral de Anna MAría Paredes Arnáiz. Universidad de Barcelona

-«Unamuno y la pintura en Salamanca.Paisaje y figura», Jose Carlos Brasas Egido. Salamanca y su provincia en Unamuno (pg 151-176), Salamanca Revista de Estudios nº41 1998

-Inventario artístico de Bienes Muebles de la Universidad de Salamanca, Jose Ramón Nieto González y Eduardo Azofra Agustín. Ediciones Universidad de Salamanca 2002

Imagenes: Fondo Miguel de Unamuno de la Universidad de Salamanca, Museo Reina Sofía, Museo Bellas Artes de Bilbao, Euskomedia.org

Museos con mucha tela que cortar

Ubuntu es una palabra sudafricana que se refiere a la relación entre personas y la lealtad entre ellas y puede tener diferentes significados. Además de una palabra preciosa, por su sonoridad y su significado, es el nombre de la empresa de proyectos educativos de Stella Maldonado: Ubuntu Cultural.

Haciendo honor a la acepción de la palabra “Ubuntu” como “enlace universal que conecta la humanidad” su página web cuenta con un blog, cuya lectura es más que recomendable, en el que diferentes profesionales de la Cultura comparten su visión sobre temas relacionados con el arte, la gestión cultural o la educación artística.

Cuando puse en marcha este blog Stella me propuso una colaboración con Ubuntu y sin pensármelo dos veces acepté encantada. Siendo el Arte y la Moda el tema principal del artículo quise escribir sobre una cuestión de plena actualidad y que me apasiona: la Moda como estrella invitada en Museos que no están dedicados a las creaciones textiles.

Aquí está el resultado, espero que os guste.

http://ubuntucultural.com/museos-mucha-tela-que-cortar/

La reina del destape

La Virgen de la leche de Fouquet ha pasado unos meses de “vacaciones” en el Museo del Prado gracias a un préstamo del Museo de Bellas Artes de Amberes y por fin he podido verla en vivo y en directo. Recorrí las salas del museo emocionada, ansiosa por tenerla delante y cuando la vi fue como una aparición. Compartía sala con otros cuadros de la colección del Museo del Prado pero con esa presencia y esa piel nívea casi refulgente sólo se la veía a ella. El cuadro no era tan grande como me esperaba pero sí tan impactante. Me quedé allí un buen rato, haciendo capturas de pantalla mentales y grabando en mi memoria la sensación que me producía contemplarlo ya que no sé cuándo podré volver a verla…

La Virgen con ángeles y el niño Jean Fouquet

Virgen con el niño y ángeles, Díptico de Melun. Jean Fouquet a.1452 Museo Real de Bellas Artes de Amberes

Esta obra representa a la Virgen como madre y reina de los cielos y ha levantado pasiones desde que fuera realizada hacia 1450. No es una obra aislada ya que forma parte del Díptico de Melun que fue encargado en 1952 por Étienne Chevalier, el tesorero de los reyes Carlos VII y su hijo Luis XI de Francia, para su capilla funeraria en Notre Dame de Melun. Chevalier eligió para tan importante encargo a Jean Fouquet, quien a pesar de su juventud (entonces tendría unos 30 años) ya era un pintor cotizado y muy alabado como retratista. Las dos partes del díptico fueron separadas en 1775  y hoy se encuentran en Berlín y Amberes. Pero hay una tercera parte que se encuentra en París: el único fragmento que se ha conservado del marco original del cuadro.

          medallon

Medallón realizado por Jean Fouquet en cuero y esmalte c.1450. Museo del Louvre 

En este medallón Jean Fouquet se autorretrata como artista, con camisa y gorro de trabajo, junto a una inscripción con su nombre en latín que añadió para que no hubiera dudas de quién se trataba. Estamos ante el primer autorretrato en solitario  de un artista en la pintura de occidente. Parece que la moda de los selfies no es tan novedosa aunque en este caso tenía un noble propósito: reafirmar la autoría de la obra y la condición de artista del pintor.

En Berlín podemos ver  la tabla izquierda del díptico en la que se representa a Étienne Chevalier junto a San Esteban, su santo protector, que lleva una piedra símbolo de su muerte por lapidación. 640px-Jean_Fouquet_006

Étienne Chevalier y san Sebastián, Díptico de Melun. Jean Fouquet .1452 Gemäldegalerie de Berlín

Esta piedra no es una canto rodado cualquiera sino que es una piedra preciosa sin tallar, un objeto de lujo que refleja el poder del comitente.El detallismo con el que Fouquet representa la sangre manando de la cabeza de San Esteban da escalofríos…

                               Jean_Fouquet_-_Etienne_Chevalier_with_St._Stephen_-_detail_05 SanEsteban_detalle

Chevalier  lleva un peinado similar al de San Esteban (pero sin tonsura) que se puso de moda a comienzos del s.XV.  Este corte de pelo podía deberse a que las prendas masculinas de la época tenían un cuello (o carcaille) muy alto que hacía que pareciese que la persona que la llevaba tenía el cuello hundido entre los hombros, así que para compensar se cortaba el cabello muy corto. Es el peinado que lucía Juana de arco, la santa guerrera que coronó a Carlos VII en Reims. Juana de Arco se cortó el pelo después de tener una revelación en sueños y fue por ello duramente criticada (además de por otras muchas cosas) ya que lo adecuado en aquella época era que las damas lucieran el pelo largo. La imagen de Juana de Arco ha sido una fuente de inspiración estética en los siglos posteriores, hasta el famoso corte a lo garçon creado por el peluquero Monsieur Antoine y tan de moda en los años 20 tiene a esta aguerrida mujer como referente. Quién les iba a decir a los hombres de la Edad Media que Juana de Arco influiría tanto en la moda del s.XX y XXI…

milla-jovovich

 Milla Jovovich en «Juana de Arco» del director Luc Besson (a.1999)

 Rihanna

Rihanna durante su actuación en rock in río Madrid (a.2010)

 Louise Brooks

La actriz Louise Brooks c.1920

thierry mugler

Corsé metálico creado por Thierry Mugler en 1995      

Nicolas Vaudelet Joan Dark Primavera 2014

Colección» Joan Dark» de Nicolás Vaudelet (2014)

         French revue des modes Chebanenko by Ishi         

          Fotografía de Ishi para French Revue des Modes (a.2011) 

En la indumentaria de Chevalier se aprecia su posición privilegiada, tanto social como económicamente.Viste una hopalanda,una prenda amplia y larga con mangas en forma de saco ajustadas en la muñeca y ceñida con un cinturón que hace que se formen pliegues tubulares en la tela. Estaba confeccionada en terciopelo y  forrada de piel, materiales lujosos que van en consonancia con la piedra preciosa que sostiene San esteban y con la condición social del retratado. La minuciosidad y el detallismo que se aprecian en esa obra nos permiten apreciar las calidades de la materiales y es una  influencia directa de artistas de la escuela flamenca como Van Eyck,cuya obra era de sobra conocida por Fouquet.

chevalier

Detalle del díptico de Melun en el que se aprecian la amplitud de los pliegues y los detalles en piel de la vestimenta de Étienne Chevalier

balenciaga2

Abrigo de Cristóbal Balenciaga realizado en tweed y forrado en piel de marta cibelina. a.1962 Museo Cristóbal Balenciaga (Guetaria)

Viendo la otra tabla del díptico en la que se representa a la famosísima virgen con ángeles, el contaste entre dos partes es total: de un espacio real pasamos a un espacio casi abstracto con un colorido irreal que hace que dudemos si estamos ante un cuadro medieval o ante una obra de vanguardia. La propia virgen es una figura de concepción cubista : el cuerpo es un triangulo isósceles , el rostro un ovalo y el pecho una circunferencia perfecta realizada con compás.

Jean_Fouquet - Díptico de Melun_02 (Madonna)_Composition

La composición esta formada a base de círculos hexagonales que se inscriben en un círculo que es la parte central de la composición.  Fouquet aprendió el uso de la geometría en su estancia en Florencia donde conoció la obra de maestros del Quattrocento italiano como Piero della Francesca y Paolo Uccello. 

Los ángeles que rodean a la virgen tienen algo de demoníaco por ese color rojo pero también por su mirada inquietante. Ese color se debe a que en los textos de los padres de la Iglesia se indica que los ángeles serafines son de color rojo y los querubines azules.  Su aspecto irreal, casi de plástico, simula el efecto de la cerámica vidriada de artistas como Luca della Robbia, a quien Fouquet conoció en su estancia en Florencia.

angeles 1

Detalle de los ángeles que rodean a la Vírgen

Madonna de las manzanas Luca della Robbia

 Madonna de la Manzana, Luca della Robbia (c.1450) Museo Nacional Bargello de Florencia 

Son muchas las preguntas que uno se hace cuando se encuentran frente a esta obra ¿La virgen está sentada en su trono celestial o está de pie? Si su cuerpo está de frente al espectador ¿por qué la arruga de su vestido nos da la impresión de que está en escorzo? ¿Dónde está sentado el niño? Y sobre todo…¿Quién es esa impresionante dama que representa a la virgen?

Ella es Agnès Sorel, la amante oficial de Carlos VII de Francia y la mujer mas bella de Francia…al menos así la consideraban sus contemporáneos. Una dama muy controvertida por su belleza, su supuesta frivolidad y el gusto por el lujo así como por su influencia sobre el rey incluso en asuntos de estado. La manera en que fue representada por Fouquet en este lienzo tiene un punto oscuro y seductor que tratándose de una Virgen resulta blasfemo, aunque la intención de Fouquet no fuera sexualizar su figura. La erotización de asuntos religiosos estaba a la orden del día en la Edad Media pero seguro que la Iglesia no se esperaba una representación de la Virgen como esta.

Su  presencia es imponente pero a la vez tiene una expresión inocente y distraída. Da la sensación de que podría atravesarte con la mirada pero en realidad no está mirando al espectador, puede que dirija la vista hacia el niño el suelo. No existe contacto visual con el espectador pero este llega a sentirse intimidado ya que  intuye en esos ojos que no le miran y en su gesto algo desafiante que acompaña a la postura de la virgen.

detalle vestido

Llama la atención su lujoso vestido, no en vano esta “muñeca de moda”, como la ha definido Johann Huizinga, es un magnifico ejemplo para conocer la moda de la epoca medieval en Francia. Hacia el final del reinado de Carlos VII se vivió un renacer del lujo en el vestir, seguramente debido a la indumentaria de la propia Agnés Sorel, que se vería atenuado durante el reinado de Luis XI ya que éste apenas le daba importancia a la indumentaria, ni siquiera a la suya propia.

Los trajes de «la dame de beauté» (así llamaban a la favorita del rey) estaban confeccionados con lujosas telas y forrados de piel. Se ajustaban a la cintura con un cinturón adornado con diamantes que le proporcionaba Jacques Coeur, su amigo y consejero de finanzas y en asuntos de moda.  Hasta entonces los diamantes sólo los lucían los hombres mas poderosos, algunos monarcas y los marajás, y Agnès fue la primera mujer en lucirlos dando comienzo a un  idilio entre los diamantes y las mujeres que hoy aún hoy día se mantiene.

Este lujo no pasó desapercibido en la época y no fueron pocas las críticas que recibió por ello, como demuestran las palabras del George Chatelain: “Llevaba colas una tercera parte más largas que las princesas de este reino, tocados mas altos, vestidos mas costosos y experta solo en vanidad, de día y de noche».

gatine-agnes-sorel-mistress-of-charles-vii-of-france noloseytublogspotcom

Los vestidos con cola se empezaron a llevar durante la Edad Media y estuvieron muy de moda en la corte francesa, desde donde se dictaban las tendencias para el resto de Europa, ya que gustaba todo aquello que diera boato a la imagen. La longitud de la cola iba en consonancia con el rango social.

En el cuadro se refleja ese lujo y se representa a la Virgen siguiendo los dictados de la moda de la época. Debajo de la espectacular corona de perlas y piedras preciosas  lleva un delicado velo de gasa cuyo brillo Fouquet representa con maestría a base de trazos blancos y que deja ver el comienzo del cabello rubio. En la época era tendencia afeitarse las cejas, la frente y las sienes para parecerse lo más posible a la esculturas clásicas y lucir una piel lo más pálida posible ya que esto era símbolo de un estatus social alto.

rostro virgen

La virgen abre su capa blanca forrada de armiño para ofrecer su trono a su hijo y deja ver un traje de seda azul muy ajustado,con costuras curvas que afinan la cintura y muy ceñido en la parte superior con un corsé muy escotado y abrochado por delante con cintas. El vestido le está tan prieto que se arruga alrededor de la cintura y de la manga aunque puede que esas arrugas se deban al uso ya que entonces no era habitual lavar y planchar la ropa muy a menudo.

 detalle vestido

 Como prenda interior lleva una camisa de tela fina o seda larga,  escotada y con mangas que servia como bata y también para bañarse: hay que tener cuenta que los hábitos de higiene en aquella época eran bien distintos.

El corsé abierto deja ver uno de sus pechos, tan enhiesto y esférico que parece obra de un cirujano plástico.  Aunque pueda parecer un acto de provocación este destape era habitual en las llamadas Vírgenes de la leche, vírgenes madres a las que se representa en todo su esplendor en una clara alusión a la lactancia. pecho Al mismo tiempo este  escote tan exagerado es muy identificativo de la imagen de Agnès Sorel ya que ella introdujo en la corte la moda de llevar amplios escotes que dejaban ver la curvatura de sus senos, lo que en en el s.XV resultaba de lo más escandaloso. Incluso se dice que sus escotes dejaban completamente al descubierto uno de sus pechos.

A pesar del escándalo, Agnés Sorel siguió siendo una figura influyente en el s.XIX, cuando hacia la década de 1850 vemos que se usaba su nombre para definir un determinado tipo de corsé y una silueta muy parecida a la linea princesa.

caroline g.bradley costume history corse sorel2

 Ilustración del corsé estilo Agnès Sorel

Pero ¿cómo llegó a ser tan influyente una  amante del rey?

Cuando tenía 18 años Agnès entró en la corte francesa como dama de honor y se convirtió en  la primera  amante oficial del rey. Esta aventura extramatrimonial contaba con el consentimiento de la esposa de Carlos VII, la reina María de Anjou, ya que la personalidad alegre y cariñosa de Agnès era muy beneficiosa para el  animo depresivo del rey.  Ademas la belle beauté tenía una gran personalidad y participaba en los asuntos de estado en una época convulsa para Francia por los problemas con Inglaterra. Precisamente su influencia sobre el pusilánime Carlos VII provocó más de un conflicto con el heredero del monarca y futuro Luis XI, quien sentía unos celos y una aversión terribles hacía Agnès que perdurarían incluso después de la muerte de la favorita del rey.

450px-Gisant_Agnès_Sorel

Sepulcro de Agnès Sorel en la colegiata de Loches, Francia.

El delfín no era su único enemigo en la corte así que cuando murió en 1450 con  28 años, embarazada de su cuarto hijo y en extrañas circunstancias las sospechas de envenenamiento fueron inmediatas. Esas sospechas se confirmaron en 2005 tras al exhumación y análisis de los restos de Agnés que realizó el forense Philippe Charlie, quien confirmó que su muerte se debió a la ingesta de una altísima dosis de mercurio.

philippe Charlier twitter

Biografía del perfil de Twitter de Philippe Charlie, cuyo nombres de usuario es «Doctor demasiado tarde», en la que se puede leer: «Mis pacientes: usted (pronto), Agnès Sorel, Diana de Poitiers, Enrique IV, Ricardo Corazón de León, Robespierre,etc.»

Resulta curioso que la imponente imagen de la mujer mas seductora de la Francia medieval acompañara a Étienne Chevalier y su esposa en su capilla funeraria en Melun. Aunque no debería sorprendernos tanto si tenemos en cuenta que Agnès  eligió a Chevalier como testamentario  y siempre favoreció a Fouquet en la corte, por lo que no es extraño que aparezca representada en esta obra ya que tanto el tesorero como el artista sentían una gran estima por ella.

El deseo de Chevalier era  compartir la eternidad con Agnès  Sorel  pero los avatares de la historia les han separado y seguro que están deseando reunirse. Ojalá no haya que esperar mucho para que las dos tablas del Díptico de Melun vuelvan a reunirse en alguna exposición.

Imágenes: 

www.vogue.es,  www.theglamorouslife.com, www.eldestandonly.com, www.anneofcarversville.com, www.bellasugar.com, pinterest.com, twitter.com, commons.wikimedia.org, noloseytu.blogspot.com.es